El pintor muestra el dominio de su técnica preferida con el verde esmeralda de la nueva vegetación, que aflora en muchas de las escenas y donde tampoco falta el agua, elemento esencial del paisaje.
“He querido plasmar estos paisajes en un intento de revivir de nuevo los felices momentos que pasé en mi juventud con el Guadiana, con sus molinos, con sus baños veraniegos, con la pesca del cangrejo, y con los juegos infantiles”, ha rememorado.
En su faceta como maestro de escuela, Juan G. Gallego, ha tratado de concienciar y sensibilizar a sus alumnos en los valores del arte. “Esta exposición es además de una lección de arte, una lección de ecología, para que los estudiantes conozcan nuestro entorno más cercano. Espero contribuir al menos un poco, en la formación estética de los jóvenes”, ha afirmado.
