Todos los profesionales del Centro de Salud secundaron una concentración en la puerta principal del inmueble, recibiendo también el apoyo de las autoridades locales encabezadas por el alcalde Luís Díaz-Cacho, algunos concejales del equipo de gobierno y la portavoz del Partido Popular, Ana Belén Reinoso.
En nombre del equipo de médicos, el doctor Guillermo Muñoz leyó un manifiesto en el que se condenaba las amenazas recibidas a sus compañeros y también a algunos usuarios que se encontraban en la zona de urgencias. El médico dijo que este tipo de comportamientos contra los trabajadores son habituales lamentablemente, denunciando amenazas físicas y verbales contra las personas y también contra las instalaciones del centro.
Muñoz indicó que solicitarán un servicio de vigilancia y seguridad, así como ampliar el número de celadores, lamentando que La Solana no disponga de estos servicios que sí existe en poblaciones similares.
En representación del sindicato de enfermería Satse de Ciudad Real, Antonia Aguilar también leyó otro comunicado donde de igual forma se le exigirá al Sescam que adopte medidas para evitar agresiones a los profesionales de enfermería y fisioterapia. Al respecto, se piden las medidas de seguridad necesarias para evitar este tipo de ataques y erradicar los actos vandálicos que también ha sufrido el Centro de Salud de La Solana con anterioridad.
El texto de la enfermera indicaba que los profesionales deben denunciar las agresiones físicas y verbales para disuadir a los agresores y que se ponga remedio a este problema con más seguridad en los centros y aumentando el número de profesionales. Aguilar recordó que este tipo de ataques están tipificados como un delito contra la autoridad sanitaria.
El alcalde solanero Luís Díaz-Cacho, en declaraciones a la prensa local, lamentó el episodio vivido reiterando que fue un hecho puntual y aislado cometido por una persona enferma de esquizofrenia. El primer edil dijo que este hombre ni siquiera sacó el arma de la funda y que era una escopetilla de aire comprimido. El agresor estaba siendo juzgado en un juicio rápido.
En cualquier caso, Díaz-Cacho, pidió calma a la sociedad porque se había creado cierta tensión tras relacionar este episodio con otra agresión con arma que terminó de forma luctuosa hace un mes.
