Casi todo el mundo se enfundó un disfraz de chino de distintos colores, con trajes muy llamativos. Diversas guirnaldas, lámparas y dibujos orientales dieron un toque especial al patio del recinto.
Después de la interpretación de algún tema musical, con coreografía incluida, degustaron piruletas chinas, pasteles chinos, tartas chinas, y todo lo que se puede imaginar procedente de aquel gran país.
La fiesta estaba abierta para todos los chicos y chicas del centro, cuidadores, técnicos, familias y voluntarios, contando también con la asistencia de compañeros de Tomelloso, Alcázar y La Solana.