El alcalde agradeció a las familias su esfuerzo y pidió al resto de hogares de nuestra localidad que dispongan de espacio y condiciones suficientes que se sumen a esta magnífica iniciativa. Luis Díaz-Cacho considera que cada año se consiguen los objetivos para los que esta actividad se desarrolla, ya que los niños regresan con un aspecto más sano, con algún kilito más y habiendo disfrutado de las actividades propias de su edad en verano, como son la piscina, el parque, la feria o las terrazas.
Dos de los chavales llevan cuatro años viniendo a nuestra localidad y la pequeña Melica ha vivido su primer año en La Solana, aunque ya había estado en España, en el pueblo de Puerto Lápice.
Después de la despedida recibieron unos regalos consistentes en material escolar, muy necesario en su país de origen al que ahora regresan. Para concluir, todos posaron juntos para ser fotografiados como recuerdo de su estancia.