sábado. 20.04.2024

La bodega solanera llevó el Portento roble, con tres meses en barrica, el Portento crianza, con seis meses, y el Testigo, vino de autor con unas características muy particulares. Esta vez, el maridaje fueron aperitivos preparados por el curso de cocina de la Universidad Popular. 

Carolina Rojas elogió este tipo de catas porque “ayudan a incentivar la cultura del vino”. Eso sí, lo primero es que al catador de turno aprecie el vino, aunque no tenga experiencia ni entienda de ellos, “principalmente el vino tiene que gustarte, y luego conocer el color y los aromas en función de sus cualidades”. 

En cuanto al maridaje con aperitivos, se prepararon canapés apropiados para la ocasión. Por ejemplo, jamón, alimento salado que casa bien con el crianza, salmorejo para combinar con el roble y pimiento de piquillo para maridar con el Testigo.

Una vez más, la inscripción previa a la cata celebrada en el coqueto patio de la Casa de la Encomienda había cubierto su aforo días antes.

 

Tintos consagrados en la segunda cata del Festival de Cine y Vino de La Solana