Desde hace unos años, y ya van siete consecutivos, se reúnen en su ‘plaza’ para compartir viandas, tertulia y música. Doce horas de diversión asegurada en una intensa velada que podría reunir a unas trescientas personas de todas las edades.
Prado Mateos-Aparicio, una de las componentes del grupo organizador, ha asegurado que los vecinos de El Lobillo afrontan con mucha ilusión la séptima edición de esta fiesta. Todo el mundo se implica de una forma o de otra para crear un ambiente festivo y cercano, para el disfrute de todas las familias que se den cita.
El día de antes, se afanan para dar colorido a la plaza adornándola con banderitas, guirnaldas y luces. La iluminación cambia de forma radical para tal ocasión con unos potentes focos que instala el ayuntamiento de Argamasilla de Alba, como ya es costumbre.
La verbena comenzará a las nueve de la tarde del sábado 13 de agosto y terminará doce horas después con un consistente desayuno. Algo que se ha convertido en tradición, según indicó Mateos-Aparicio. No todos terminan a esa hora. El grupo irá perdiendo efectivos a medida que la noche vaya avanzando, pero siempre hay cuadrillas de jóvenes que terminan la fiesta a la mañana siguiente.
Cada vecino llevará sus propias viandas al más puro estilo romero y podrá invitar a quien desee, compartiendo mesa y mantel a ritmo de la música y el baile. Una música que saldrá del equipo que alquilarán para tal efecto y que sufragarán con los bingos que se realicen durante la jornada.
Un día marcado en rojo para los vecinos de esta aldea que esperan reunir a unas trescientas personas de todas las edades, esperando compartir una buena noche de fiesta y diversión asegurada.
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