lunes. 29.04.2024

El público solanero, muy aficionado al cante flamenco, disfrutó con la intensidad vocal y la técnica de la cantaora extremeña, cuya juventud insultante le augura un gran futuro.

Acudió a la feria de Santiago y Santa Ana con su cuadro flamenco, un grupo muy familiar con el que Celia Romero trabaja sin descanso “teniendo en cuenta cómo está la cosa yo no me puedo quejar, tengo muchas galas y no falta”. Sin duda, todavía dura la inercia de su éxito en el festival de cante de La Minas, donde logró la Lámpara Minera hace dos años “aquello tuvo mucha repercusión y te salen muchas actuaciones”. Pero sabe que no se puede vivir de las rentas toda la vida “hay que seguir estudiando y creciendo cada día, no quiero estancarme”. Admite ser muy autoexigente “nunca estoy del todo contenta y sólo quiero mejorar”.

Con ese afán llegó una vez más a La Solana, donde asegura sentirse muy a gusto. Regaló al público cante por malagueñas, tangos, bulerías, alegrías… aunque su palo favorito es la soleá “es el que más me llena porque hay que pellizcarlo mucho, sobre todo la soleá de Triana”.

Aunque su gira por España no cesa, también ha pisado el extranjero. Celia Romero ha vuelto sorprendida “el flamenco es un boom fuera de aquí, la gente lo recibe de una forma totalmente diferente, le dan mucho bombo”. En este sentido, lamenta que muchos talentos tengan que buscarse la vida lejos de nuestro país, precisamente por la crisis. Sólo en su tierra, Extremadura, la cantera de nuevas voces y músicos ha eclosionado en los últimos años “están saliendo mucha gente joven en cante, baile, guitarra, palmas y percusión”. Por desgracia, no todos llegarán a lograr su sueño de vivir de la profesión. Celia Romero, natural de Herrera del Duque, ya lo ha conseguido, y con apenas 18 años.

 

La voz joven y poderosa de Celia Romero inundó la Plaza Mayor de La Solana