Este propósito no se suele oír, porque no vende, porque no cuesta dinero, porque no es una mercancía. No me interesa el porqué pero estoy convencido, si lo llevan a cabo, que será una fuente inmensa de bienestar y energía. ¿Pero cómo se hace eso? Aquí tiene algunas ideas.
Visitar un museo. Cerca tenéis varios museos ¿Ya conoces todos los de tu ciudad? ¿Y los de la ciudad de al lado?
Aprender una nueva actividad juntos. Tomar clases de baile o de fotografía, puede ser tan interesante para nuestro propósito como si alguien nos enseña a jugar al escondite de nuevo.
Ir al teatro. No es lo mismo que ir al cine para ver una película. Una oportunidad para ponerse guapos y elegantes, darle algo de ceremonia a esa salida.
Hacer un picnic en casa. Darle uso a esa terraza, a ese balcón o abre la ventana. Un mantel en el suelo, unas velas y listo.
Buscar un tesoro. Motos antiguas, libros viejos, muebles para restaurar. Cualquiera puede ser un objetivo en mercadillos, tiendas de segunda mano, casas abandonadas o cualquier otro sitio que se os ocurra.
Explorar algún parque natural. Las zonas protegidas suelen contar con paseos accesibles y zonas de ocio al aire libre. La intensidad de la visita depende de vuestra energía y decisión.
Volver a coger la bici. Hacer ejercicio juntos siempre está bien, pero la bicicleta os permitirá ir un poco más lejos, salir de los circuitos ya establecidos y recorrer lugares cercanos que habíais dejado de visitar porque están demasiado lejos (lejos para ir andando, claro).
Ir a la Feria de una ciudad cercana.
Amplía tus horizontes culinarios. Elige un nuevo restaurante, algún sitio que no hayáis probado antes. Adjudicaros puntos extra si es de comida exótica y/o de alguna cultura desconocida (el “Chino" hace tiempo que no cuenta como tal).
Zona de cocina. Cocinar juntos algún plato novedoso. Cortar, pelar, freír con tu pareja. No hagas la paella, ni te pongas a los mandos de la barbacoa. Se trata de compartir, no de demostrar que bien haces lo que haces siempre.
Relaciones eróticas. Más cantidad y mejor calidad. Cambiar la rutina e innovar. Siempre se agradece. Nuevos sitios, formas, espacios, tiempos. El cuerpo es otro lugar de exploración. Explora, juega, no te limites al camino una y mil veces recorrido.
Volver a la infancia. Entrar en una tienda de juguetes y comprar algo para los dos: una cometa, un frisbee, unas raquetas de ping-pong,… y salir al parque sin ningún pudor. También sirve volver a montar en los coches de choque.
Recrear una cita memorable. Piensa en algún momento del pasado que los dos recordáis con cariño. ¿Qué es eso que te trae la memoria? Un restaurante, un banco del parque, un hotel, una comida concreta,… Ese momento de la declaración, donde le viste por primera vez, el primer beso,… Esos momentos se asocian a algo. Recrearlo.
Se atrevido/a. ¿Parapente? No es necesario ir tan lejos. Pero sí una actividad que suba la tensión a los dos. Escalar, esquiar, bucear, “puenting” y sí, también parapente.
Viaje misterioso. Iniciar un viaje sin destino fijo. Parar para comer o cuando un sitio os llame la atención. Puede ser una tarde o un fin de semana. Depende de lo aventureros que os hayáis levantado esa mañana
Quedada al atardecer. Encontraros en un lugar donde contemplar la caída del sol. La playa, una colina, una azotea.
Cata de vino. Escoge una visita organizada a una de las bodegas de tu alrededor. Deja que te enseñen a descubrir sabores, olores, las texturas. Párate y permite a tus sensaciones que hablen. Utiliza lo aprendido en el cuerpo de tu pareja.
Alberto Jiménez Ramos
Sexólogo-Psicólogo. Colaborador del Gabinete Vínculos
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