Pedro de Dios García ha explicado que esta corriente es una consecuencia del auge que tiene en nuestra sociedad la agricultura ecológica. Cada vez en más ciudades es común ver cómo los huertos urbanos se extienden hasta los patios o los balcones de las casas, de tal manera que se favorezca el autoconsumo “y la persona sepa que lo que produce, es sano, que no tiene ningún producto químico ni perjudicial”.
Por otra parte, es algo que da un montón de satisfacciones a nivel personal, y que según Pedro, ayuda también a rebajar situaciones de estrés o de depresión, e incluso puede ser una buena opción para las personas que no pueden salir de casa. Además, y en el caso de los más jóvenes, lo plantea como un proyecto “muy completo en conocimientos, con el que pueden satisfacer su curiosidad, ver como crecen sus plantas y alimentarse de productos realmente sanos”.
Como consejo, que sepamos que es algo que hay que aprender, ya que las limitaciones de luz o de espacio pueden generar algunos obstáculos “que hay que ir aprendiendo poco a poco”.
