El oficio religioso fue concelebrado por el párroco de la Asunción, Enrique Galán Ruedas y el sacerdote Francisco Bravo del Castillo. El tenor valdepeñero Antonio Martín Peñasco Rodríguez interpretó entre otros el himno de “La Muerte no es final”, como así mismo “Luz de Esperanza”, obra del músico militar Sergio García Merlo, todo ello acompañado a los acordes del órgano que tocó magistralmente Marcos Nájera Sánchez.
Durante la homilía, el consiliario de esta Real Cofradía de Nuestro Padre Jesús Caído y María Santísima de la Esperanza, Enrique Galán, hizo una reflexión sobre lo que significa la virtud de la esperanza, “tan necesaria para nuestras vidas”, dijo. Además recordó la sencillez de María como Madre de la Iglesia y en este caso destacó la advocación de la cotitular de la Cofradía.
Tanto de la lectura del día, como de la oración de los fieles se encargaron componentes de la Junta de Gobierno, teniendo un recuerdo para los hermanos y hermanas fallecidos.
Tras la bendición se dio a besar el escapulario de la Virgen de la Esperanza, entregando la Cofradía unas cartulinas con las imágenes de los Sagrados Titulares, a cuantos participaron en el mismo.
A la misa, que contó con una gran presencia de fieles, asistieron los máximos dirigentes de la Guardia Civil, y del Cuerpo Nacional de Policía de la demarcación, así como de la Policía Local, además de una representación del Batallón de Helicópteros de Almagro, y el Comisario Provincial que lo ha sido hasta ahora, Emilio Domingo Durán Arche.
Una vez que se posó ante la imagen de la Virgen de la Esperanza, tuvo lugar un acto en la casa hermandad de la Cofradía, en donde por parte de la misma se le entregó una fotografía de los Sagrados Titulares enmarcada y dedicada a Emilio Domingo Durán Arche, que además rubricó el libro de honor. A la entrega de reconocimientos se unió la Policía Local por medio de su Inspector Jefe, Cecilio Moreno Hurtado de Mendoza, que al igual que el Secretario General de la Cofradía, Ángel López Sánchez y el Comisario Provincial, pronunciaron unas palabras. Este último dejó como testimonio de afecto hacia esta Real Corporación Penitencial, una prenda de cabeza, el pasador y la corbata de su uniforme, resultando el acto muy emotivo.
Hay que recordar que Emilio Domingo Durán ha permanecido 43 años de servicio en el Cuerpo Nacional de Policía y desde hace años ha estado muy vinculado con la Real Cofradía de Jesús Caído, que según sus palabras continuará manteniendo su relación. La Cofradía tiene concedida la Cruz al Mérito Policial con distintivo blanco.
