jueves. 02.05.2024
SOCIEDAD

Día final de la Ruta Solidaria para ayudar a Celia

En cierta ocasión, a la salida de una conferencia, le preguntaron a Freud las condiciones para que una persona estuviera psicológicamente sana y lo que había que hacer para ser feliz. La persona que preguntó quizá esperaba una larga parrafada, pero Freud se limitó a mirar fijamente a su interlocutor y a decir sólo tres palabras: “Lieben und arbeiten”. Amar y trabajar.

final 6 (Copiar)
En la foto Miguel Ángel con Santi Rodríguez, quien le ha acompañado en este último día

Creo firmemente que Freud tenía razón. En realidad no necesitamos nada más. Si somos capaces de amar y de trabajar seremos felices. Muchas veces me preguntan por qué estoy tan convencido de que Celia es feliz, y yo les contesto que porque ama y trabaja. Celia ama con la inocencia y la incondicionalidad de sus 10 años, y trabaja todos los días con la ilusión que da aprender cada día algo maravilloso en la escuela. Se sabe querida y no sólo por su familia, sino también por todos aquellos que llegan a conocerla, y eso la hace sentirse fuerte. Tanto, que es capaz de explicarnos con sus propias palabras su enfermedad, y lo hace de tal modo que llega a emocionarnos. Así que, ¿le queda a usted alguna duda de que Celia es feliz?

fiinal 10 (Copiar)

Sí, estoy seguro de que Freud tenía razón y no necesitamos nada más. Por eso sé que Miguel Ángel es también feliz. Haber consumido 15 días de sus vacaciones en pedalear sin descanso por una causa noble le ha hecho aún mejor de lo que ya era. Descubriendo paisajes se ha encontrado un poco más a sí mismo. Sintiendo el cariño de aquellos con los que se cruzaba y se reunía ha comprendido que amar y trabajar hace que los que te rodean amen y trabajen contigo. Ha entendido que luchando por ser feliz, haces más feliz a los demás. Por tanto, ¿aún duda usted de que Miguel Ángel es feliz?

No me gustaría acabar este diario sin confesarles algo: durante estos días yo también he sido feliz. Sé que mi labor ha consistido solamente en contar las hazañas de otros, pero he puesto en ella mi corazón. Durante estas dos semanas he sido un poco más dichoso, y ese es el pago a mi trabajo. Voy a echar de menos narrar pedaladas, cuestas y curvas, pero eso es lo de menos. Lo importante es que la princesa que está detrás de esta deficiencia de factor V siga sonriendo. Quizá algún día haga con los dedos una V, y ese signo sólo signifique que ha vencido. Esa esperanza mueve a su familia. Para ese momento ha pedaleado Miguel Ángel. Y para ver algún día ese instante he escrito este diario. Créanme que para mí ha sido un honor.

Mi agradecimiento a Santi Rodríguez por haber acompañado a mi hermano en esta última etapa. Mi reconocimiento a los padres de Celia, que luchan día a día sin descanso por el bienestar de su hija. Y mi gratitud a usted, querido lector, por haber hecho este viaje conmigo y con mi hermano. Me despido, no sin desearle fervientemente que ame y trabaje, porque Freud tenía razón: es lo único que se necesita para ser feliz.

http://www.unaesperanzaparacelia.org/

final 2 (Copiar)

final 4 (Copiar)final (Copiar)final 3 (Copiar)final 8 (Copiar)final 9 (Copiar)

Día final de la Ruta Solidaria para ayudar a Celia