lunes. 06.05.2024

En este año, en el que esta entidad ha hablado de lepra, sida, tuberculosis, Chagas, de los nacimientos prematuros, de la discapacidad, quieren terminar con las enfermedades causadas por el consumo de agua no potable, y lo hacen con una gran fiesta, la que se celebró en el mes de octubre con motivo de la inauguración de dos unidades de potabilización de agua en la misión de Keur Mariama, en Senegal.

En esta región más de la mitad de los pozos distribuyen un agua con un porcentaje de flúor (4,5 mg/l) y de sal muy elevados (superiores a lo permitido por la OMS, que advierte que no debe sobrepasar el 1,5 mg. de flúor por litro, de lo contrario provocará la fluorosis dental –con la consiguiente coloración marrón de los dientes-, además de la fluorosis ósea y un agua con un gusto desagradable.

Antecedentes del proyecto

Kaolack, es una de las regiones más castigadas por la falta de lluvias de Senegal. Aquí, sacar partido a una tierra seca y extremadamente salina supone un esfuerzo diario para la mayoría de los habitantes, que viven de la agricultura, principalmente de los cultivos de mijo y cacahuete, y de la ganadería.  El alto índice de salinidad hace que el acceso al agua potable sea un problema crucial para la población.

Más de siete años han estado los Carmelitas descalzos, instalados en la parroquia de Keur Mariama, estudiando y tratando de poner solución al problema del agua en la región. Primero, construyeron una perforación, equipada con una bomba y depósito de agua y con canalizaciones a las 8 aldeas de los alrededores, que funciona desde hace años. El problema del abastecimiento de agua parecía estar así resulto, aunque pronto se supo que esas aguas tenían una alta concentración de flúor lo que resulta muy perjudicial para la salud de la población en general y, sobre todo, para  los niños.

Así Actúan en Manos Unidas

Por ello, los Carmelitas pusieron en marcha un estudio en colaboración con investigadores de la Universidad de Cheickh Anta Diop de Dakar, con la cooperación técnica belga y con la sociedad americana Pall Corporation. Se descubrió que perforando a mayor profundidad, a unos300 metros, el agua era de mejor calidad. Además, se podía filtrar el exceso de flúor y de salinidad de las aguas subterráneas profundas, con un coste asumible para las comunidades.

Y dicho y hecho: primero funcionaron con una instalación piloto provisional y, en octubre de 2012 se pusieron en marcha las dos unidades de potabilización de agua, que beneficiarán directamente a 1.800 personas.  Manos Unidas no dudó en colabora con los carmelitas en este proyectos y aportó fondos para financiar parte de la construcción de las infraestructuras de filtración del agua.

Manos Unidas, finaliza en enero su campaña 'La Salud Derecho de todos: ¡Actúa!'