El portavoz del Grupo Municipal Popular en el Ayuntamiento de Valdepeñas, Martín Miguel Rubio, ha enviado un escrito en el que responde al comunicado enviado por Gloria Ciudad, arquitecta que dirige las obras de la cubierta de la Iglesia de la Asunción, en el que valoraba críticamente a modo de respuesta el parecer político en el planteamiento técnico de la restauración de dicha Iglesia y que según Martín Miguel "nos sigue pareciendo agresiva, y que humildemente la expusimos ante los medios. La respuesta, aparte de cierta ironía elegante, tenía un tono educado y respetuoso, y abierto a la conversación y a las preguntas que pudiésemos formularle tanto mi compañero, Alfonso Santamaría, que estuvo presente en aquella rueda de Prensa, como este Portavoz del Grupo Popular y Presidente de la Gestora Local del PP que escribe este comunicado. En honor a esa elegancia de tono amable quisiéramos a su vez contestar nosotros con la educación y respeto que se merece alguien al que ciertamente admiramos profesionalmente".
"Para empezar nos llama la atención que un medio ponga como titular de la respuesta la afirmación de que “No se ha desmontado el entramado de la techumbre de la Iglesia de la Asunción”. Pero desde luego algo se ha quitado entre el levantamiento de las tejas y la aparición de un esqueleto compuesto sólo de cerchas y viga cumbrera. Adjuntamos fotos del antes y el después del desmantelamiento no como verdad alternativa, sino como la verdad a secas. Porque, en efecto, ¿qué concepto tenemos de entramado? Diríase que un entramado es el armazón de madera de un edifico que proporciona la fuerza y trabazón principales, aumentando la solidez de los materiales de albañilería que tapan los huecos que deja la armadura lignaria. Dicho de otro modo, los contrapares o correas, los cabios que rematan en los canes o canecillos que sostienen el alero, y las grandes tablas que forman el tablero sobre las vigas, son también entramado. ¿Acaso todo ello va a volver a la techumbre una vez curada de xilófagos (o comedores de madera) el alma de toneladas de madera? Se dice que sólo las correas se han retirado para este tratamiento, y las vemos numeradas en una foto junto al artículo. ¡Loado sea el Señor que salva las correas de su techumbre, de lo cual somos los primeros en alegrarnos jubilosos! Pero si las correas son parte del entramado o armazón con mayor razón lo serán los cabios, vistos sobre todo en el tejado que da a las aguas del norte, clavados de forma contundente a los contrapares, y de los que hemos observado con preocupación que se cortaban con la letígera motosierra", añade el portavoz popular.
Martín Miguel se pregunta "¿Qué hay del entablamento que cubría al final toda la techumbre? ¿Se va a limpiar y tratar, o se va a poner uno nuevo no lignario?" y relata "que Una leyenda urbana cuenta que la mayor parte de él fue llevada a una cercana escombrera a la que se llega por la carretera a mano derecha que sale pasado el cementerio, y del que ya se está haciendo buen uso contra el invierno. Nos parece raro que todas las correas de madera fueran colocadas en su totalidad en una restauración de los años 70 del pasado siglo ( cercano siglo XX ), al igual que los canecillos que sostienen los voladizos. ¿No tienen todavía 50 años? ¡Qué raro! Pues estos elementos son piezas básicas en cualquier techumbre con “cerchas a la española”, como se puede ver en cualquier manual de carpintería"
"En fin, a no ser que vivamos en los intermundia o realidades paralelas a las que nos lleven los misterios cartesianos de nuestra glándula pineal, podemos sostener que gran parte del entramado de la techumbre de la Iglesia de la Asunción sí se ha desmontado. Y este mismo espejismo ha sido compartido por más vecinos que se han sentido heridos por el sonido debelador de las motosierras" explica Martín Miguel, quién también insiste en que "no está en el ánimo del Grupo Popular poner chinitas en el zapato de nadie que esté relacionado con esta restauración, reconociendo los primeros que sólo la buena fe de hacer el bien a este edificio religioso – la mayor joya arquitectónica e histórica de Valdepeñas – mueve la actividad restauradora, pero discrepamos de su modo, que nos parece agresivo, aún incluso de haber tenido el visto bueno de todas las instancias del mundo mundial. No vamos a tener jamás la impertinencia de entrometernos en aspectos técnicos que desconocemos, pero tenemos el derecho de enjuiciar el plan de restauración desde el punto de vista político. Entendemos la restauración básicamente como conservación, siendo la mejor restauración la que ha conseguido mayor conservación de materiales y técnica pretérita, que diría Manuel Gómez-Moreno y el regeneracionismo finisecular ( del siglo XIX, claro). Y a Valdepeñas ya le quedan pocas cosas en donde no haya entrado la piqueta de la modernidad. Por lo demás, no volveremos a tocar este asunto hasta ver terminada la obra, por prudencia y esperanza".
