Muchos son los que han querido darle el último adiós a Ángel Osorio, entre familiares, amigos y conocidos, en un funeral al que no han faltado miembros de la corporación municipal y de los partidos políticos de la localidad.
Termina así un largo calvario vivido por la familia del fallecido y se abre al mismo tiempo un abanico de preguntas e interrogantes sobre lo que pudo pasar aquella noche del 26 de mayo cuando Ángel Osorio fue visto por última vez según algunos testigos durante la celebración de las fiestas del barrio de Fátima.
Al día siguiente de su desaparición, su madre encontró en la vivienda de Ángel cristales rotos, sangre en el suelo y unas llaves. En los meses que se han sucedido desde su desaparición han sido constantes las búsquedas por parte de voluntarios y expertos en distintas zonas de las afueras de Valdepeñas.
Meses más tarde, unos operarios que realizaban labores de limpieza en una parcela situada entre los kilómetros 29 y 30 de la carretera que une Valdepeñas con Daimiel hallaron, a última hora de la tarde del miércoles 30 de octubre, un cadáver en avanzado estado de descomposición que finalmente terminó por ser el de Ángel Osorio después de las pruebas científicas realizadas. No obstante, los efectivos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que se desplazaron hasta la citada parcela hallaron el DNI de Ángel en un bolsillo de la ropa.
Después de otros tantos meses de investigaciones, la familia recibía esta semana el cuerpo de Ángel para poder darle sepultura. Aunque estas investigaciones todavía continúan, la familia del fallecido no sabe nada al respecto puesto que el caso se encuentra bajo secreto de sumario.
