Son la hermandad de San Isidro Labrador, la Hermandad de Nuestra Señora de la Soledad y la Hermandad del Santísimo Cristo de la Misericordia y María Santísima de la Palma.
1.- Lamentamos profundamente la situación que se ha producido por un hecho que es de ámbito estrictamente parroquial pero que, desgraciadamente, ha sido aireado en distintos medios de comunicación perjudicando, notablemente, la imagen de esta comunidad parroquial de fieles, en general, y de su pastor, en particular.
2.- Negamos taxativamente algunas de las afirmaciones vertidas en los medios de comunicación pues, desde nuestro profundo conocimiento del funcionamiento pastoral de nuestra Parroquia, la capilla de la Virgen de Fátima no será cerrada al culto ni será enajenada para costear otros proyectos de la Parroquia. Simplemente, como ocurre cada verano, se cerrará durante la época estival hasta el mes de octubre cuando comienza el curso pastoral de la Parroquia y se reabre al culto con la celebración semanal de la Santa Misa.
3.- Manifestamos nuestro más sincero respeto a la autoridad del Obispado de la Diócesis de Ciudad Real el cual se ha pronunciado a este respecto, manifestando por escrito, a las partes afectadas, que se deberá de acatar lo que disponga el Párroco como máxima autoridad y administrador de la Parroquia.
4.- Declaramos nuestra filial obediencia a la Iglesia, en la persona de nuestro Párroco, con el cual trabajamos día a día en la labor pastoral de nuestra Parroquia con el fin de transmitir el Evangelio a todos los hombres, de acercar almas a Dios y de manifestar nuestro profundo amor y fe en Ntro. Señor Jesucristo y su Bendita Madre, María Santísima.
5.- Exhortamos a la Iglesia de nuestra ciudad a iniciar un debate sobre la conveniencia de que asociaciones de ámbito civil desarrollen labores de ámbito eclesial, con el perjuicio para la Iglesia que ello supone al no estar sujetas estas asociaciones civiles a la autoridad de la Iglesia, del modo que sí lo estamos las Hermandades como parte activa de nuestras Parroquias.
Finalmente, elevamos una oración a Dios Padre por aquellos hermanos nuestros en la fe que no están transmitiendo adecuadamente, con sus palabras y sus obras, los valores cristianos que se cultivan en el seno de nuestra comunidad parroquial. Apelamos, por ello, a la Divina Misericordia de Nuestro Señor Jesucristo para que el Espíritu Santo les ilumine y les reconduzca en su camino de fe.
