jueves. 28.03.2024

La hora de la verdad de la enología manchega

Hace unos días la comisión estratégica de la Universidad de Castilla-La Mancha anunció la creación de los estudios de Grado en Enología en Ciudad Real. Unos estudios que deberían haber sido implantados hace diez años, por lo menos. Siendo la región vitivinícola más importante en extensión y producción, va a ser la última en la que se implanten estudios de enología.

No podemos entender cómo se ha tardado tanto en su creación. Y tampoco es que vayan a ofertarse ya para el próximo curso; quizás para el curso 2019/2020. Las necesidades de relevo generacional hacen que el plazo dado sea ya el límite viable, entre la finalización de la actividad profesional de los actuales, y la incorporación al mercado laboral de la nueva generación.

Se tiene la oportunidad de crear una Facultad de Enología que sea referente nacional de la enología española, como ya dije en otro artículo publicado en La Tribuna de Ciudad Real. Se puede crear el “Burdeos Español”, es decir, un gran centro de referencia enológica donde la enseñanza y la investigación sean los cimientos sobre los que afianzar toda la tecnología enológica de la región vitivinícola más importante del mundo.

La elección del decano y de los profesores asociados es importantísima para crear un gran centro de referencia. Copiemos y mejoremos a otras regiones que están funcionando muy bien, incluyendo en el modelo a las industrias vitivinícolas de la región castellanomanchega. No se debe desaprovechar la experiencia de otras universidades donde se imparten estos estudios, para sentar las bases. También será fundamental establecer un plan de estudios acorde con la realidad de la enología actual o el apoyo a la realización de prácticas profesionales de calidad. Sin olvidar la búsqueda de profesores asociados entre los grandes profesionales que trabajan en el sector, de forma que complementen la docencia de los profesores universitarios, dando su visión y experiencia del día a día.  Se hará un flaco favor al interés de la industria vitivinícola de Castilla-La Mancha, si miramos para otro lado en un momento tan importante como el actual.

Si existe una especialidad universitaria que justifique la existencia de un campus propio y especifico, esa es la Enología. No hemos de olvidar que el sector vitivinícola de Castilla-La Mancha, con la aplicación del nuevo plan estratégico para dicho sector, puede aumentar en 4 puntos el PIB de Castilla-La Mancha en la próxima década. Una región donde, además, el sector agroalimentario supone el 18% de la economía.

La importancia es crucial. No hay estudios en la región que representen a un sector industrial tan importante y que afecten a un porcentaje tan alto de población. Tanto es así, que el consejero de Agricultura y el propio presidente de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha (JCCM) han manifestado públicamente el deseo de la rápida creación de los estudios de enología en la región, e incluso han llegado a ofrecer al rector de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) las instalaciones del Instituto de la Vid y del Vino de Castilla-La Mancha (IVICAM), comprendidas dentro del Instituto Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario y Forestal de Castilla-La Mancha (IRIAF).

Crear la Facultad de Enología de la UCLM en Tomelloso o Valdepeñas, dos ciudades de reconocido y afamado prestigio enológico, sería la mejor elección posible para la formación de los futuros enólogos y la investigación enológica de Castilla-La Mancha. No digamos que es un coste excesivo. En ambas ciudades existen terrenos e instalaciones propiedad de la JCCM, como el IRIAF y el Centro Regional de selección y reproducción animal (CERSIRA), que abaratarían considerablemente el coste de la implantación de la Facultad de Enología. Y lo más importante, en 40 km a la redonda, en ambas ciudades, hay profesionales de formación superior, con una gran experiencia enológica, que podrían ser esos profesores asociados, que quizás, sean de bajo coste al no depender al cien por cien de la universidad.

Entendemos que crear otro campus universitario en la UCLM puede sonar, a priori, como un atrevimiento. Es un riesgo que deberían sopesar: las ventajas serían superiores a los inconvenientes, y con voluntad se podrán superar todas las barreras que surjan en el camino.

Señor Rector de la Universidad de Castilla-La Mancha, aproveche las instalaciones y experiencia del IVICAM que, junto con los investigadores de la UCLM, pueden crear un centro conjunto de I+D+i de prestigio, en Vitivinicultura y Enología, en el que se concentren todos los esfuerzos económicos dispersos y se aproveche las ventajas de la complementariedad de recursos humanos y de infraestructuras.

Tiene en su mano la posibilidad de crear una gran Facultad de Enología de referencia Nacional, que sea un gran centro de investigación y transferencia tecnológica a la industria vitivinícola de Castilla-La Mancha. En el IVICAM tiene las infraestructuras de las que la UCLM carece en el corto plazo: bodega experimental, viñedos experimentales y laboratorios de investigación. Si en La Rioja se han unido la universidad y la administración regional en un centro único de I+D y funciona, ¿por qué no copiar y mejorar este modelo? Por una vez, los manchegos tenemos la oportunidad de hacer las cosas bien.

(Artículo publicado también en el Correo del Vino)

Alfonso García Cámara

Presidente Asociación de Enólogos de Castilla-La Mancha

La hora de la verdad de la enología manchega