viernes. 29.03.2024

Ejemplaridad

Reflexionar en esta época de crisis, no me cabe duda que es una ventaja maravillosa, aunque sea un hándicap el vivir en un pueblo,  porque muchos no perdonan el atrevimiento a opinar, y en mi caso la expresión “me la tiene al fresco” resumiría la actitud que constituye mi aportación local a esta mediocridad que padecemos.

Reflexionar en esta época de crisis, no me cabe  duda que es una ventaja maravillosa, aunque sea un hándicap el vivir en un pueblo,  porque muchos no perdonan el atrevimiento a opinar, y en mi caso la expresión “me la tiene al fresco” resumiría la actitud que constituye mi aportación local a esta mediocridad que padecemos.

¿Por qué no podemos cuestionar los “fundamentos” de una dimensión pública que empieza a tenernos hartos  por ausencia de ejemplaridad que nos está llevando al fracaso colectivo?

Hablar de ejemplaridad es un debate necesario más que nunca en un país tapado de corrupción sin que se vea luz y conductas ejemplares a imitar. 

Se hacen demasiados discursos desde “voces autorizadas” y los demás a ejercer de receptores, pues el poder mediático – que no solo existe en las grandes ciudades -  trata de ignorar algo que a su pesar existe y posiblemente será “el cáncer” de un pueblo sufrido.

Yo insistiré que debe haber opiniones generalizadas “alguien dijo y muy bien – hay que normalizar lo que debería ser criticable, es decir que no somos diferentes -  aunque los nuevos políticos "se gastan hablándonos de igualdad”… Igualdad ¿para qué?

Los sindicatos de “clase” no imparten clases en la escuela, tampoco los partidos políticos ¿de qué hablan entonces y con qué autoridad? Los maestros que se incorporan a diario a su trabajo saben y mucho de la complejidad de la chavalería actual, con un fondo ambiental hostil donde se mira hacia otro lado sin reconocer que su trabajo es la única opción para mejorar nuestro contexto y el del país.

La actividad que se realiza – como decía Aristóteles – es el verdadero motor del cambio moral: es nuestra voluntad lo que está en juego, con ejemplaridad pública y ejemplaridad educativa, porque ningún país tiene futuro, sin un sistema educativo que lo construya.

Estamos perdidos si seguimos insistiendo en buscar la actividad política como solución para mejorar nuestro bolsillo, así seguiremos nutriendo unos partidos de incompetentes que a cambio de 600 euros sigan manteniendo el “statu quo” que tanto se critica.

Decir todo esto molesta a tanto arribista de nuestro entorno, ¿pero si quieren ganarse mejor la vida a costa de nuestros votos, que  nos proponen? “

Ejemplaridad