viernes. 29.03.2024

'Autoentrevista Filosófica, VI'

Pensar seriamente es muy difícil, no solo porque se necesita una multitud de conocimientos, de diversos saberes, sino que el individuo que piensa sistemáticamente, no solo piensa con su cabeza, sino con su cuerpo, piensa con su alma, por lo cual, tiene que tener un correcto autocontrol de y sobre si mismo. Esto es muy difícil de conseguir. Piensas con las costumbres que tienes, por tanto, hay que analizar las costumbres, piensas con las experiencias que has tenido o deseas tener, por tanto, debes pensar las experiencias y motivaciones y metas…

P. ¿Sientes cierto grado de tristeza como pensador, filósofo, aprendiz de filósofo, como combinador de conceptos e ideas y datos y hechos…?

R. Sí, porque es un trabajo enormemente duro y difícil, y la gente, ni tu mismo, ni tus colegas, pocas veces lo valoran. Puede que los demás valoremos si nos enteramos de alguien que está investigando en la solución del cáncer, pero de un pensador, que intenta resolver multitud de problemas y cuestiones de sociedad, de organización política, del estado, de teoría del conocimiento, de ética, de multitud de campos, que tienen tanta incidencia como el cáncer, o quizás más, porque si se solucionan esos problemas, se puede encontrar otras formas de ser y de estar en el mundo, pues esos problemas a casi nadie le interesa, y la persona que lleva sobre su conciencia, el marchamo de ocuparse de esos temas, ni siquiera lo puede decir a los demás.

P. ¿Qué le sucede a la filosofía?

R. Creo que es urgente se creen programas de redacción. Lo he explicado muchas veces, por áreas o materias, esos grupos de investigadores y buscadores interdisciplinarios, fijen, docenas o cientos de cuestiones. Busquen las respuestas y los argumentos que se han dado. Y se expresen de forma profunda, pero entendible para todo el mundo. De las cuestiones posibles.

O dicho de otro modo, hacer summas ahora del pensamiento y de la filosofía y de las ciencias sociales y conexas. Que en una página o dos, se sintetice lo esencial, en forma de preguntas y cuestiones, argumentos, de cientos de temas.

Creo que es la única manera de salvar a la filosofía, de lo contrario me temo, seguirán quitándola de los planes de enseñanza oficial y reglada, y la filosofía y los filósofos se convertirán en saberes residuales, como la poesía o el teatro, y nadie se ofenda.

P. Necesita el ser humano la filosofía.

R. Evidentemente, no todo lo soluciona la ciencia o ciencias, por el momento. Por tanto, se necesita la filosofía, porque el ser humano tiene preguntas, muchas inquietudes. La filosofía es un intento de saber, con la racionalidad, no la razón instrumental, o técnica o tecnología, no con la razón científica, o el método o métodos científicos, sino con la razón.

P. ¿Por qué?

R. Vivimos en un solo planeta, ya estamos globalizados en todo o en casi todo. Pero los sistemas culturales e ideológicos y metafísicos y religiosos son muy diferentes, hay que poner y crear puentes de entendimiento entre todos los seres humanos. Es la única manera y forma, que las banderas no se levanten con la excusa de diferencias ideológicas o metafísicas, cuándo son casi siempre problemas por el territorio, económicos, étnicos, etc.

La filosofía creo que hoy puede ayudar a que la especie humana sobreviva. Y lo expreso con toda la radicalidad del término y del concepto.

P. ¿Vivimos en un mundo triste y entristecido, trágico, en una estepa de lágrimas?

R. Creo que en el mundo hay más cosas buenas que malas, pero también es obvio y evidente, que hay personas, millones que no tienen en la práctica y en la teoría los mínimos derechos humanos. Esta es la tragedia.

Pero existe una segunda tragedia, que no se habla de ella, es que unos seres humanos quitamos o abolimos los derechos humanos, algunos de ellos, a los demás. Tú o yo o el vecino que parece tan buena persona. Esta es la cuestión, cada uno en su ámbito debe intentar, no quitar, erradicar, cercenar ningún derecho humano que la otra persona tiene. Porque muchas veces, tenemos pequeños o grandes discursos, pero nuestros actos, no en todo, pero si en muchas facetas dejan mucho que desear…

P. Creamos dolor y sufrimiento y angustia y pena a los demás.

R. Demasiadas veces, sí, en nombre de una gran idea o pequeña idea, de un gran deseo o pequeño deseo, de una gran meta o pequeña meta, de una gran bandera o pequeña bandera.

Pero hay que distinguir, que no es lo mismo, el que crea o produce el dolor o el sufrimiento, que el que se defiende de ese dolor, o al menos lo intenta. Y además, intenta defenderse con la ley, la racionalidad, con la prudencia, con la mesura, con la moralidad más correcta posible.

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'Autoentrevista Filosófica, VI'