sábado. 20.04.2024

Un golpe al Estado

Martes, día 27 de octubre de 2015: el presidente del gobierno anuncia una comparecencia extraordinaria para hacer una declaración institucional. Muchos estábamos pendientes de las 14 horas. Decepción. Parecía más un acto de campaña electoral, que un acto institucional: “Pueden estar tranquilos los catalanes no soberanistas y el conjunto de todos los españoles, porque mientras yo sea presidente, Cataluña no será independiente”. Le faltó decir: “Si me votan no habrá problema secesionista”.

Carme-Forcadell

Lo que está ocurriendo en Cataluña es muy grave, gravísimo. Una presidenta del Parlamento Catalán, que en su discurso de toma de posesión, dice desde su púlpito: “Viva la república catalana” es una irresponsable, una persona antisistema. Nunca había visto nada parecido en política. Y más grave lo de los parlamentarios puestos en pie aplaudiendo. No se puede tolerar. Como tampoco se puede tolerar que al día siguiente en la primera sesión oficial del recién constituido Parlamento Catalán se apruebe una resolución para que en el plazo máximo de un mes queden aprobadas las leyes que sirvan de base para la puesta en marcha de un estado independiente, añadiendo que lo harán desobedeciendo, si así fuera preciso, las determinaciones del Tribunal Constitucional del Estado Español. Inaudito.

Y ante esta, más que grave, situación, sale nuestro presidente a decir, que tranquilos todos; que va a hacer cumplir la Ley. Faltaría más. Es su primera y más importante obligación: “Cumplir y hacer cumplir las leyes”. Pero al Sr. Rajoy hay que recordarle que la misión de un presidente, además de hacer cumplir las leyes, está ahí para hacer política, y no campaña electoral. Algunos ya habíamos advertido de que hacer política, solo con la ley en la mano, estaba alimentando el problema. Ahí está.

La situación es tan grave, que el mismo día 27 por la mañana temprano, tenía que haber llamado a todos los líderes políticos, constituir un gabinete de crisis, y elaborar un comunicado firmado por todas las fuerzas parlamentarias. Pero no. Ha preferido hacer campaña, y actuar por sí solo, igual que lo ha hecho durante los cuatro años de legislatura. Así nos ha ido. Los consensos no entran en el ADN del PP.

Un golpe al Estado