miércoles. 24.04.2024

La hora de la verdad

Cuando terminaba de escribir el artículo de la semana pasada no conocía la noticia de que Susana Díaz, por fin ya había decidido presentarse como candidata a la Secretaría General del PSOE. Aunque todo el mundo lo daba por hecho, yo no lo tenía tan claro, y sigo sin tenerlo. Pero ha sido así, y esa es la realidad que ahora tenemos encima de la mesa: tres candidatos, y la ocasión de demostrar que el partido tiene la madurez suficiente para afrontar esa nueva realidad.

Cuando terminaba de escribir el artículo de la semana pasada no conocía la noticia de que Susana Díaz, por fin ya había decidido presentarse como candidata a la Secretaría General del PSOE. Aunque todo el mundo lo daba por hecho, yo no lo tenía tan claro, y sigo sin tenerlo. Pero ha sido así, y esa es la realidad que ahora tenemos encima de la mesa: tres candidatos, y la ocasión de demostrar que el partido tiene la madurez suficiente para afrontar esa nueva realidad.

No es fácil dejarse atrás los errores que se han cometido, los enfrentamientos entre Pedro y Susana. Va a ser muy difícil para Susana dejar en el olvido la pésima gestión que puso en marcha para cargarse a Pedro. El efecto ha sido el contrario: lo han relanzado. Pero empiezo a pensar que seguir insistiendo en estas consideraciones es una inutilidad. Ahora la realidad que tenemos es que los tres son posibles candidatos, y por tanto los tres tienen todo el derecho a explicarse y a ser escuchados. Eso es lo que tenemos.

A mí, personalmente me hubiesen gustado más, candidatos con el perfil de Mayor Zaragoza, Manuel Marín, o Ángel Gabilondo, por citar algún ejemplo. Pero con su ayuda, -que agradeceremos-, y los útiles disponibles, el PSOE está obligado a iniciar el camino de la recuperación, de atraerse a los desafectados, y de hacer frente a los problemas que aquejan al partido y a los españoles. Es una oportunidad que no se puede desaprovechar. O se aprovecha, o se hunde para mucho tiempo.

Desde esta humilde tribuna vengo defendiendo que la socialdemocracia es “ideología y actitud”. Ahora ha llegado el momento de hacerlo visible. La situación de España es lo suficientemente grave como para andarse con bagatelas. En cuanto a la ideología, el marco está muy bien definido: “la socialdemocracia”. Por supuesto, con todos los matices y todas las adaptaciones que exigen los desafíos actuales, y a ellos me pienso referir en próximas columnas. Pero no es menos importante la actitud.

Que cada uno defienda y confronte sus posicionamientos, con toda claridad, sin tapujos, ni medias tintas, ni discursos vacios y grandilocuentes; que gane el que obtenga el apoyo mayoritario de los militantes; repito y repetiré, sin presiones ni sucias manipulaciones; todos con las mismas condiciones y apoyos de gestora y aparato; y que cuando se conozca el ganador, todos a una a su lado. Vamos a ver si de una vez por todas se pone en marcha un proceso de primarias auténtico, no como ha sucedido en el pasado; vamos a ver si el que gana no es víctima de palos en las ruedas hasta cargárselo, que también ha sido demasiado frecuente. Veremos.

La hora de la verdad