Fernando Mora aseguraba que esta dimisión contradice la defendida calidad sanitaria de la que presume la presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal y que “lo que demuestra es que no hay calidad en la gestión de las urgencias del Virgen de la Salud. Todo lo que estamos denunciando es cierto”
Además, el portavoz socialista recalcaba que “también pone en evidencia que el nuevo hospital de Toledo es tremendamente necesario porque el actual se cae” y que los ciudadanos “no pueden entender que, a pesar de ello, Cospedal lleve tres años y medio con las obras paralizadas”.
En torno a la reanudación de la construcción del nuevo centro sanitario de la capital regional, Mora aseguró que “aquí lo que hay es un auténtico pufo y en los próximos años lo vamos a descubrir y nos echaremos las manos a la cabeza cuando conozcamos las corruptelas que hubo en la construcción del nuevo hospital de Toledo, porque se va a descubrir”.
El socialista hacía estas afirmaciones minutos antes de participar en la manifestación convocada hoy en la capital regional por la Asamblea de la Sanidad Pública de Toledo contra la privatización del nuevo hospital toledano.
Una movilización en la que participaba para acompañar a la Asamblea en su defensa de una sanidad pública de calidad y que refleja “la sensibilidad social que hay en la ciudadanía y los profesionales para defender que el nuevo hospital de Toledo tenga una gestión pública y en contra de la privatización que pretende acometer el Gobierno de Cospedal”.
Cospedal debería haber pedido la dimisión inmediata de Ana Mato
A preguntas de los periodistas sobre la gestión del PP en la crisis del Ébola, Mora criticó que “Cospedal esté defendiendo a la ministra de Sanidad cuando lo que tenía que haber hecho es haber exigido su dimisión inmediata”, y, “sin embargo Ana Mato sigue ahí a pesar de la alarma social que generó en su famosa rueda de prensa”.
También criticó que han sido demasiadas las mentiras con las que “nos hemos encontrado”, recordando que el Gobierno regional en agosto “aseguraba que la traída del misionero a España fue un éxito de gestión y el Gobierno de España aseguró que no había ningún tipo de riesgo”.
Y luego, “nos hemos encontrado con riesgos, con problemas, con que no se había tomado medidas, con que los protocolos no eran los adecuados. Nos hemos encontrado con demasiadas mentiras”, recalcaba.
