“Soy madre de tres niños pequeños, y cuando los llevaba a vacunar al pediatra me di cuenta de que explicándoles antes el cómo y el porqué de las vacunas en forma de cuento, estaban mucho más tranquilos a la hora de pincharles”, ha explicado la doctora Ramos. En su opinión, si a los niños se les explican las cosas en su lenguaje, lo entienden y aceptan mucho mejor que engañándoles y no sabiendo el motivo de ese pinchazo.
Su experiencia personal con sus hijos fue lo que le llevó a escribir este cuento, en el que narra la importancia y el funcionamiento de las vacunas. “No podemos evitar que el pinchazo duela, y tampoco debemos ocultarlo, porque el niño se puede sentir engañado. Pero si reconocemos y les avisamos que duelen un poco, que son molestas pero que son por su bien, lo aceptarán de mejor grado, confiarán en nosotros y perderán el miedo a enfrentarse a lo desconocido”, ha asegurado Natalia Ramos.
De esta manera nació El capital Cura Sana y las vacunas, escrito en colaboración con Edukame y Emma Martínez, donde “una vacuna” cuenta a Daniela, una niña de cuatro años, que son necesarias para que “los niños no se pongan malitos, porque luchan contra los bichitos verdes y feos que producen malestar y enfermedades”.
Además de escribir el cuento, Natalia Ramos ha participado esta semana en un taller de cuentacuentos, donde ha narrado a los pacientes ingresados en el servicio de Pediatría del Hospital de Toledo las aventuras del protagonista de su cuento, el Capitán Cura Sana.
