Opinión
Adagios XLIII de Juan de Portoplano
En el silencio del amanecer, el de Portoplano se dirigió hacia las fauces de las calles, que desde la antigüedad diseñaron los griegos, que fuesen rectilíneas, pues se han hecho muchas ciudades. Pensaba, los individuos pasan y llegan. Un trozo de tierra, de cuántas personas...