jueves. 28.03.2024

Natalia Sánchez López, es una joven valdepeñera que se encuentra actualmente realizando sus estudios universitarios en Polonia, concretamente en Torun, una pequeña ciudad polaca situada a 3 horas de Varsovia. Natalia estudia un grado en Relaciones Internacionales en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, pero este año ha decidido hacer las maletas e irse de Erasmus al centro de Europa. Con ella hemos hablado ‘in situ’ desde Varsovia.

Lo primero de todo, ¿Por qué Polonia?

Principalmente por su localización en centro Europa. Polonia hace frontera con siete países lo cual, si lo unimos a que los precios del transporte son de los más baratos de Europa, el vivir aquí te abre la oportunidad de viajar a numerosos destinos europeos, además de descubrir la propia historia y belleza de Polonia.

Natalia

Ya han pasado 4 meses desde que te fuiste y seguramente ya te hayas acostumbrado a la forma de vida de allí pero, ¿Hay algo a lo que aún no hayas conseguido aclimatarte?

Sin duda, a que anochezca a las 15:30. Esta diferencia con España la noté sobre todo al llegar a Polonia ya que, acostumbrada a hacer vida por la tarde, quedarte sin luz justo después de comer hace que no tengas ganas de hacer nada y todavía lo noto anímicamente. Por ejemplo, si algún día salgo por la noche y al día siguiente me levanto tarde, casi no veo la luz del día. Sin embargo, mirándolo de forma positiva, Torun, mi ciudad, es muy bonita a la luz de las farolas.

¿Qué es lo que más echas de menos de España?

Aparte de la luz del día, diría que lo que más echo de menos es la calidez y la cercanía de la gente. Cuando vas a clase, raramente los estudiantes polacos se acercan a hablarte y, en la mayoría de los casos, al acercarte a hablar con ellos, terminan la conversación muy rápido, evitando hablar contigo. Por lo tanto, sería esa falta de arropo por la gente local lo que más echo en falta, el cual sí que he encontrado en muchos de los Erasmus que, como yo, llegaron a Polonia solos y con los que acabas formando una gran familia.

Natalia comiendo

¿Qué diferencias culturales encuentras entre países como Polonia y España?

La mayor diferencia que he podido encontrar durante estos meses es el carácter de la gente. Como te he comentado, los polacos por lo general, son más callados que los españoles. Cuando vas en el transporte público no escuchas ni un ruido y si vas con un grupo de erasmus lo único que escuchas son las voces y las risas de los estudiantes internacionales. Además, aquí en Polonia no hay cultura de bares, puedes encontrar más clubs nocturnos que bares donde tomarte tranquilamente una cerveza.

¿Es muy diferente la universidad de Polonia a la de Madrid?

Estudio Relaciones Internacionales, una carrera de ciencias políticas y jurídicas, y, a nivel educativo, la mayor diferencia que he encontrado en el enfoque de las clases es un mayor fomento del debate y la participación en Polonia. De las siete asignaturas que estudio, no tengo ningún examen ya que la evaluación no la basan en la memorización de contenido, como sí pasa en la mayoría de asignaturas que tengo en España, sino que valoran el pensamiento crítico y la investigación, cosa que valoro positivamente de este método.

Natalia Sánchez mar

¿Cuál es la ciudad que más te ha impresionado y por qué?

Sin lugar a duda, la ciudad que más me ha impresionado ha sido Cracovia, uno de los principales centros históricos y culturales de Polonia, siendo su historia lo que más me impresionó, pudiendo respirarla en cada rincón de la ciudad.

Fue la capital de Polonia hasta 1596 y en la segunda mitad del siglo XVIII pasaó a estar bajo control de diferentes potencias, dejando de existir Polonia como Estado en 1795.

Natalia Sánchez Cracovia

Cuando la Alemania nazi invadió Poloni, Cracovia se convirtió en la capital del Gobierno General de los Territorios Polacos Ocupados, creando un gueto judío en la ciudad y estableciendo a unos kilómetros el campo de concentración de Auschwitz, visita obligada si viajas a Cracovia. En la ciudad podemos encontrar la famosa fábrica de Schindler, quien contrató a judíos en sus fábricas evitando su deportación.

En 1945, la ciudad fue liberada del control nazi por la URSS, pasando a formar parte del Estado socialista de la República Popular de Polonia hasta 1989, cuando se estableció la actual República de Polonia.

Además, la UNESCO incluyó a Cracovia en la lista de sitios declarados Patrimonio de la Humanidad, su centro histórico no puede dejarte indiferente, comenzando por la plaza del mercado, pasando por la ciudad medieval y terminando por el Castillo de Wawel. Es una ciudad donde merece la pena perderse caminando.

Y, otra visita obligada si viajas a Cracovia son las minas de sal de Wieliczka, unas minas de sal donde puedes encontrar esculturas y hasta capillas talladas y escavadas en roca de sal. Cracovia no puede dejarte indiferente.

Si tuvieras que animar a algún valdepeñero para que inicie la misma aventura que tú, ¿Qué le dirías?

Que se lance y no tenga miedo. Al principio, como a todo cambio, cuesta adaptarse, pero no puedes dejar que eso te eche hacia atrás. Viajar y conocer nuevos lugares y nuevas personas, te hace aprender y desarrollarte como persona y no puedes dejar que el miedo a lo diferente de prive de hacerlo.

Natalia Sánchez: "Viajar y conocer nuevos lugares te hace aprender y desarrollarte como...