miércoles. 08.05.2024

tiempo pá disfrutar el momento,
tiempo pá dedicárselo a tu tiempo,
tiempo pá valorar que estás haciendo,
tiempo pá sacar tus conclusiones,
tiempo pá saber dónde te pones,
tiempo pá volver a respirar.
Tiempo

'Tiempo' de Bebe y Carlos Jean

En un Sistema Social como el nuestro la Economía ha reconocido al trabajo como los bienes o servicios que se realizan a cambio de una compensación económica. Este trabajo se puede dividir en productivo y reproductivo. El trabajo productivo es el que genera bienes o servicios. El trabajo reproductivo es el del mantenimiento de la vida. El mantenimiento, también de esos bienes o servicios que el trabajo productivo genera. El trabajo de los hombres y el trabajo de las mujeres para quien no se para a pensar de forma crítica.

Cuando lo normal es que el trabajo productivo reciba una compensación económica a cambio ese trabajo, en el trabajo reproductivo sucede lo contrario, la mayor parte del trabajo no tiene retribución, al menos, monetaria. Al no ser actividades y tareas remuneradas son invisibles para la Economía, pasan desapercibidas para la Sociedad o, en el mejor de los casos, son minusvaloradas al no entrar en la economía que realiza sus transacciones mediante remuneración.

Esa adjudicación por tradición, porque siempre ha sido así, o cualquier otra justificación de andar por casa; explica que la mayoría de las contribuciones al Cuidado sea realizado por mujeres. La consabida división sexual del trabajo se lo adjudica a un sexo: a las mujeres. Muchos hombres se desvinculan de su propio cuidado y se desresponsabilizan del cuidado de terceros.¬ Seguro que os suena alguna de las frases siguientes que no son de ancianos o niños: “prepárame la ropa que me tengo que poner”, “¿hay que comprar pan?”, “avísame TÚ el día que Yo tengo que ir al dentista”.

Los cuidados son las actividades que regeneran el bienestar físico y emocional de las personas. Son tareas como el mantenimiento de los espacios y bienes domésticos, el cuidado de los cuerpos, la educación/formación de las personas, el mantenimiento de las relaciones sociales o el apoyo psicológico a los miembros de la familia.

El concepto de los cuidados es relativamente nuevo. Antes se llamaba trabajo doméstico, tomado así como el trabajo que realizaban las mujeres en casa de forma gratuita. No es el mismo trabajo que se encuentra en el mercado (planchar en casa o que planchen en la tintorería), hay un componente emocional y afectivo que marca la diferencia. Bien es sabido que ni Ferrán Adriá hace las croquetas como tu madre.

El objetivo del trabajo doméstico no remunerado está en que el objetivo de este está en cubrir la necesidad/es de otro/s, mientras que el trabajo que desarrolla el mercado tiene el objetivo de obtener beneficios económicos.

En algunas publicaciones se divide el cuidado en tres tipos de tareas. Esto puede servir para tener en cuenta en qué consiste, qué tareas son (aunque sería imposible ser exhaustivo), el tiempo empleado en ellas y la intensidad de ese trabajo.

Cuidados directos. Todo lo que está relacionado con el trato directo con las personas: dar de comer, acompañar a un enfermo, bañar a un niño, hablar por teléfono con un familiar para saber cómo se encuentra,…

Precondiciones del cuidado. Aquellas tareas que establecen las condiciones materiales para el cuidado directo: hacer la comida, lavar la ropa,…

Gestión mental. Este concepto sería mucho más difuso en el momento de contabilizar el tiempo invertido. Organizar el tiempo, planificar, coordinar tareas y supervisar las de otros. 

Recordemos que la diferencia del cuidado y el trabajo doméstico es esa parte emocional y afectiva, que complementa la parte corporal, de presencia activa, y material. No es lo mismo que te den comer en un restaurante a que sepan cómo te gusta comer, si existen alergias, comer en buena compañía, que alguien se haya preocupado que la alimentación sea sana, que sea equilibrada a lo largo de la semana.

Existe una falsa dicotomía en el tema de los cuidados, cuidador y cuidado se toman como entes separados, como antónimos. Cuando, en realidad, muchos adultos sanos perfectamente autónomos, se sirven de los cuidados de cuidadoras, en su inmensa mayoría, para mantener su vida cotidiana. No son discapacitados, sino que no entra en su cabeza hacer la cama o un huevo frito y, lo de la lavadora, incluyendo llevar la ropa hasta ella, es alta tecnología comparable a configurar el I-Pad.

Pueden enviar sus dudas o consultas a [email protected]

 

La economía de los cuidados