jueves. 25.04.2024

El frio invernal, en determinadas zonas de Europa, llegó incluso a decidir importantes batallas e invasiones militares que podrían haber cambiado el curso de la historia. Eran numerosas las patologías que sufrían en el pie los combatientes debido al frio y a la falta del equipamiento necesario para protegerse. Pie de trinchera o por inmersión, congelaciones graves… entre otras, son patologías lejanas a nuestro tiempo y difícil de reproducirse en nuestra sociedad, excepto en circunstancias extremas o deportes de riesgo. Pero existen otras, quizá de menor importancia “a priori”, de las que debemos proteger a nuestros pies.

Las lesiones que produce el frío no suelen manifestarse si protegemos bien la piel, los dedos de manos y pies, las orejas y la nariz o su exposición al frio no es muy prolongada.

Hay diversidad de patologías, más o menos graves,  relacionadas con el frio. En los pies uno de los problemas más frecuentes es el “Eritema Pernio”, o más conocido coloquialmente como “Sabañón”. Los sabañones son una inflamación de la piel provocadas por la falta de flujo de sangre en la zona afectada. El descenso de las temperaturas favorece su aparición ya que el frío es un vasoconstrictor, hace que la circulación sanguínea en manos y pies se reduzca. La zona se queda blanca y en el momento de entrar en calor, se pone roja, e incluso amoratado, produciendo dolor, picazón, escozor y quemazón. Las zonas que más comúnmente se ven afectadas son los dedos de los pies (que puede provocar gran molestia con el calzado), dedos de la mano, nariz y orejas. En personas mayores o con problemas de vascularización, su aparición es muy frecuente.

Para evitar este tipo de patologias, debemos usar calzado adecuado. Debemos olvidar los calzados de verano y utilizar un zapato que proteja el pie del frio y del exceso de humedad. Evite los charcos para que el calzado no se moje por dentro, ya que es muy importante mantener secos los pies.

Use calcetines de tejido natural y que resguarden adecuadamente del frio. De nuevo es importante que se mantengan secos, si es necesario cambieselos durante el dia. Y si no puede evitar mojarse por causa de la lluvia, séquese bien los pies sobre todo en el área entre los dedos para evitar proliferación de hongos y bacterias.

Para reducir la sensación de frio en los pies, realice movimientos de tobillo y de dedos. De esta manera favorecerá la circulacion de la sangre. También puede masajear el pie por la zona plantar. Evite los cambios bruscos de temperatura. Después de exposiciones gélidas, no coloque los pies directamente al foco de calor, debemos recuperar el calor progresivamente.

En conclusión, para evitar estos y otros problemas más graves, mantenga calientes y secos sus pies. 

El viejo enemigo de los pies: el invierno