viernes. 03.05.2024
MODA Y SALUD

Mamitis

Se rumorea por ahí, que cuando los bebés crecen, desarrollan habilidades para someter y manipular a un adulto sano, coherente e inteligente. Se dice que los niños tienen la capacidad de hacer con ellos lo que les place, solo por el placer de hacerlo, por demostrar y hacer uso de su poder. Por supuesto, que no cabe duda que el adulto tiene que someter a este enano manipulador y ególatra, con el objetivo de demostrarle quién manda realmente, y qué tiene que hacer. Lo peor de todo, es que todavía existen adultos que creen que esto es posible, y que solo existe esta solución…

MATERNIDAD

¿Qué le pasa a nuestro bebé? Antes sonreía feliz a toda persona viviente, y ahora de repente llora, se asusta y se esconde en las faldas de mamá? Y sí, ahora es más grande, sabe más, y ¡hasta habla y anda! ¿Me manipula? Me engaña? ¿Me toma el pelo? Pues no. Miremos desde un punto de vista evolutivo.

Los bebés llegan al mundo preparados para “engancharse” a una figura adulta de referencia, que será su cuidador principal. Su figura de apego. De este enganche depende su supervivencia. ¿Sabíais que un bebé puede reconocer el olor de su madre y su voz desde el primer día? El llanto es la vía principal de comunicación, y de hacer entender al adulto que algo le ocurre. Cumplidos los 8-10 meses, ya pueden diferenciar a conocidos de desconocidos. Y mira tú, que los conocidos (que me cuidan y bla bla bla) son de fiar. Pero ¿y los otros? Hay que cuidarse en salud. Y esto es lo que hace el bebé en torno a los 8 meses y el año. Desconfiar de aquel que no conoce. Y como su modo principal de comunicación es el llanto, pues si algo no le gusta, llora.

Crece y le vemos más personita porque comienza a andar, comienza a hablar, y de repente tiene ante sí todo un mundo nuevo por explorar, por conocer… Pero el mundo es un sitio muy grande para una persona tan pequeña. Y a veces, da miedo. No nos extrañe que nuestros peques tengan, a medida que crecen, más temor hacia las personas extrañas. Esto es normal hasta los 4 años aproximadamente en qué el niño ya ha desarrollado las suficientes habilidades como para saber que su figura de referencia (mamá, papá o su cuidador principal) cuando se va no desaparece para siempre, y regresa. ¿Con quién se siente más seguro un bebé? Con su mamá o papá. Y si no está, pues tendrá que conformarse con otro.

Esto tiene que ver con el vínculo que el bebé establece con su figura de apego, y éste es muy importante para el desarrollo de nuestros peques a lo largo de toda su vida. De la seguridad de este vínculo, dependerán nuestras relaciones, así que mejor no interpretarlas desde la manipulación, y entenderlas desde la realidad evolutiva del enano. La seguridad del niño, la dependencia sana, potenciará su posterior independencia. Y en este viaje a la independencia (con su punto cúlmen en la adolescencia) nos toparemos con varias etapas de mamitis. Para atenuar la "mamitis" es imprescindible potenciar la independencia del niño. Pero la independencia del niño nace de la seguridad, no se puede forzar. Se adquiere de forma gradual. Por eso es importante respetar los procesos de cada niño. Cada niño se sentirá seguro cuando esté preparado para ello. La evolutiva marca etapas, pero los cuidadores, tenemos que mirar y comprender los momentos de nuestros peques. Hay ciertos trucos que ayudan a los peques en sus “mamitis”. Pero es importante no olvidarse que para atenuar la mamitis necesitan seguridad. Y para sentirse seguros, necesitan amor,
respeto y comprensión continua.

1. Paciencia y dulzura. Es importante respirar en este punto. A los adultos (a veces) nos enfada o exaspera esta dependencia, pero este enfado es cosa nuestra. No lo lancemos a los peques, porque solo empeorará la situación, haciéndoles sentir más inseguros, y por tanto, más dependientes.

2. Dales espacio de independencia. Prepara la casa para librarla de peligros. Observa el juego sin interrumpirlo. Déjale hacer cosas solo.

3. Despídete SIEMPRE de él. No vale escabullirse ahora que está distraído. Explícale cuando regresas (después de la merienda, cuando te bañes…) con calma, sin culpa. Si no te entiende si le llega tu tono y tu voz.

4. Déjale con alguien a quien conozca. Mejor si es rutina, si es gente conocida (su papá, sus hermanos, los abuelos o un canguro estable), si es en casa.

5. Si sabes que vas a pasar largos períodos de tiempo sin el bebé (cuando te incorporas a trabajar, por ejemplo), comienza con períodos más breves, y déjale un objeto que elija(objeto de apego), crear una rutina de despedida juntos, deja besos en su mano… Así podrá tenerte presente en la medida de sus posibilidades.

Pero sobre todo mantén la calma. Esto también lo nota el bebé pequeño y el grande. Los niños son esponjas emocionales, así que lo que trates de comunicar, te lo tienes que creer. Si no te “calan” enseguida. Y recuerda, que esto también pasará. Que es necesario para su desarrollo establecer su base de seguridad y confianza, y que no te va a llevar toda la vida. Tan solo un rato. 

Mamitis