jueves. 28.03.2024

Durante este periodo de verano, la piel de los pies esta menos protegida. Los pies están más expuestos y en contacto con el sol y el agua, además de andar con ellos al descubierto en terrenos que puedan herirnos en mayor o menor medida. Todas estas situaciones hacen más vulnerable al pie de sufrir infecciones dermatológicas por virus, bacterias u hongos.

Un factor que influye en la aparición de estas infecciones es la humedad retenida en prendas de vestir o calzados, el contacto con la arena o superficies de piscinas, duchas, etc.

Las patologías más comunes causadas por estos tipos de infección son las verrugas plantares (papilomas), pie de atleta, onicomicosis (hongos en las uñas), entre otras.

En el caso de los papilomas, el contagio se produce por usar toallas o ropas contaminadas como calcetines o zapatillas, por caminar descalzo en lugares públicos y si ya hay existencia verrugas, por tocarse y extenderse la infección a manos y otras partes en el pie.

El pie de atleta es una infección por hongos en la piel. El pie de atleta provoca un enrojecimiento y sequedad de la piel, la vuelve escamosa y provoca una picazón en la zona, sobre todo entre los dedos y por debajo de estos, aunque puede verse más extendida. En ocasiones, también pueden aparecer grietas o ampollas. El contagio se produce al caminar descalzo en piscinas, duchas o áreas deportivas. La infección puede verse facilitada por una sudoración extrema y una humedad concentrada en los pies.

El contagio de onicomicosis, también se suele producir en suelos de duchas y de vestuarios. Su proceso es más largo, a veces el paciente no lo detecta hasta pasado el verano. En las uñas se puede ver un cambio de color, con franjas amarillas o color café, con presencia de residuos bajo la uña y aumento de grosor de la uña. En ocasiones esta infección puede evolucionar más rápido por culpa de los esmaltes cosméticos que provocan una opacidad en la uña favorable para el crecimiento y extensión de la infección.

Sólo la prevención puede evitar estas infecciones y para ello es necesario secar con mucho cuidado y dedicación las zonas que están más expuestas a las infecciones, como pueden ser las zonas entre los dedos y los propios dedos, plantas de los pies y uñas. También es conveniente evitar caminar descalzo por el borde de las piscinas, y no usar calzado que impida la transpiración del pie. Es sumamente recomendable calzar chanclas en las piscinas, duchas públicas y zonas deportivas. También es importante no compartir toallas, ni calzado. Realizar un buen proceso de higiene, además de cambiarse todos los días de calcetines, preferiblemente que estos sean de tejidos naturales. Además si algún miembro de la familia, ya padece algún tipo de estas infecciones, este debe evitar caminar descalzo por casa, sobre todo en alfombras o moquetas y se debe realizar una buena desinfección de la ducha después de su uso.

Precaución en las piscinas