viernes. 17.05.2024
MODA Y SALUD

Verrugas plantares: ¿Qué son y cómo prevenirlas?

Estamos en plena época de piscinas, y estas pueden ser el perfecto caldo de cultivo para los patógenos que causan algunas infecciones dérmicas. Entre estas se encuentra “el temido” y a veces desconocido por el paciente de “a pie”, el papiloma. Es común que ante el desconocimiento de las patologías que afecte al paciente; éste consulte en internet y busque en Google un diagnóstico rápido o la posible gravedad del asunto, acompañado de fotos que asustan nada más verlas.

pies

Pues en podología es el papiloma o verruga plantar el “culpable online” más común ante la aparición de cualquier anormalidad en la piel del pie, antes de consultar con el profesional médico.

El diagnóstico de la verruga plantar debe hacerse por un profesional (dermatólogo, podólogo, etc.), mediante un examen simple y clínico, permite distinguir la verruga plantar de otras afecciones cutáneas de aspecto similar o parecidas, tales como simples callosidades, helomas (callos); que son de menos gravedad y con tratamientos más simples que los papilomas. 

La verruga plantar es una lesión dérmica producida por un virus del tipo papovavirus, de los que se han aislado y descrito unas 75 familias diferentes, aunque no todas afectan al pie.

Las lesiones que se producen en el pie, son lesiones endofíticas, es decir su crecimiento tiende hacia el interior de la piel. Podemos ver la lesión superficial, pero si no se aplica un tratamiento rápido esta crecerá en circunferencia y en profundidad. Son lesiones con periodos de incubación largo, que pueden llegar a superar los 8 meses.

Igualmente la sintomatología varia de un paciente a otro, y puede variar desde la manifestación dérmica sin dolor hasta manifestarse con dolores incapacitantes, que acarrean en marchas antiálgicas para evitar el dolor.

El contagio suele producirse por posar el pie descalzo en lugares donde previamente haya pisado un portador.

Para que la verruga se desarrolle, el virus debe encontrar algún paso por la piel, ya sea por alguna discontinuidad o por las glándulas sudoríparas en personas con hiperhidrosis o en este periodo estival con temperaturas altas que provocan un aumento de la sudoración y por lo tanto un aumento en la actividad de dichas glándulas de la piel.

Lo más importante es la prevención, tanto para la persona que no está afectado, como para el paciente que está en tratamiento, para que no contagie a otros.

El paciente ante la menor duda no debe rascarse, ni tocar la lesión para no trasladar el virus a otra parte del cuerpo. Ponga lejía abundante en la ducha domestica tras su uso para no contagias a familiares, y no se intercambien calzados. Y muy importante tanto para el afectado, como para el paciente potencial; no caminar descalzo por zonas de fácil contagio como pueden ser vestuarios, duchas públicas o recintos polideportivos. Incluso extremando las precauciones debemos considerar los bordes de las piscinas como zonas de contagio. Use siempre chanclas para no pisar descalzo en estas zonas.

Delegue el cuidado de su pie al profesional sanitario, y no en el buscador de internet de turno… Cuidado en sus vacaciones y disfrute de ellas.

Verrugas plantares: ¿Qué son y cómo prevenirlas?