jueves. 25.04.2024
Opinión

2014

Se nos va este 2014 como empezó, repartiendo penas en las casas de los pobres y alegrías en las de aquellos que se encumbraron en la pirámide practicando el engaño a través de la mentira, la usura, la insolidaridad y las acciones de cobardía, protegidas por un sistema de justicia fabricado por ellos que difícilmente les alcanza. 

jose lopez toledo (Copiar)

Como los anteriores, este año ha sido el año de los desahucios, del descubrimiento de varias tramas de corrupción que nos hacen pensar que, a diferencia de la mafia siciliana, la española viste de Armani y se presenta a las elecciones ganándolas, del aumento de la pobreza en España, del desarraigo producido por la emigración de nuestros jóvenes mejor formados, de los  científicos más sobresalientes y del endeudamiento por la incapacidad en llevar a efecto el buen gobierno. Nos hemos acostado a diario con la tristeza al saber que un vecino ha perdido su trabajo. Nos levantamos con la rabia de saber que se desahuciaba a ancianos, minusválidos, enfermos de cáncer. Hemos comido escuchando como cientos de políticos se han enriquecido malversando dinero público mientras se negaba el subsidio de dependencia a enfermos incapaces de valerse por sí mismos. Hemos cenado –quien pudiera-, con los tertulianos a sueldo del régimen hablando de ETA, de Venezuela y Pablo Iglesias, de la falacia mil veces repetida de que estamos saliendo de la crisis, de un “fantasma” llamado Nicolás y del sexo de los ángeles. Mientras, en todas las sopas, una nueva marca transformada en partido político con los mismos mandamientos que anunciaba el ahora gasnaturalense Felipe González allá por el 82 y que ha conseguido-encuesta en mano- que la ilusión en las gentes se renueve, pero lo hace con unos mandamientos sintéticos y plagados de la temporalidad y la insustancialidad de la moda. Nos hipnotizan. Cuando no nos podemos permitir el lujo de distraernos en folletines que ocultan el verdadero drama, hemos pasado de pedir más democracia a posponer un futuro mucho más digno. 

En Valdepeñas podría ser “distinto”, pero cuando el “burro” es el mismo, le pintan canas, carga alforjas llenas de aburrimiento, desgana, faltas de compromiso con la ciudadanía y la desconexión con la realidad es absoluta, los milagros quedan lejos y para otros. Otro gallo les hubiera cantado a las arcas municipales y a su ciudadanía, si desde aquél noviembre de  2008 se hubiera escuchado a Izquierda Unida cuando comenzamos a pedir que los presupuestos locales se dotaran de moderación en el gasto, de participación en su elaboración, se recortaran salarios de liberados, no se nombrara personal de confianza a dedo, se pensara que la sostenibilidad medioambiental es una inversión a futuro y que no se gobernara desde la unicidad o el despotismo no ilustrado. Un año más, perdido.

IU vive en el compromiso de convertir los eslóganes que gritamos en las calles y desde nuestra representación municipal en políticas articuladas que puedan obtener el apoyo de una mayoría y juntos, transformar desde la coherencia e inteligencia la actual la realidad en otra sociedad más amable para la vida en paz. Necesitamosuna ciudadanía crítica, con criterio y capacidad de movilización y con valores distintos al del consumismo, la competencia mal entendida y la tendencia a delegar en siglas, reyes y tribunos lo que tenemos que arreglar entre todos. Nuestro deseo para el año venidero es que, gracias a un cambio electoral, se apliquen unas políticas institucionales más sensatas (políticas anti “austeridad” y antipobreza, defensa de los servicios públicos, gasto de dinero público en inversiones productivas… en lugar de en el sumidero infinito de gastos ostentosos, deudas y rescates bancarios, etc.) y que, al calor de esta nueva gestión política del país (también de nuestro municipio), se vaya gestando un entorno social menos agredido y agresivo, precarizado y competitivo y se vaya produciendo un desgaste del marco ideológico neoliberal, vivido y asumido en nuestra cultura o incultura política de andar por casa desde una perspectiva simplista y embaucadora que sólo la miseria material que padece una parte creciente de la sociedad expoliada ha sido capaz de poner en entredicho.

También tenemos que desear que cese la intoxicación que nutre, en versión vulgata a base de falacias, las peleas políticas de corrala, morbosamente servidas por los encanallados medios de comunicación, altavoces exclusivos de lo peor de la minoría social que detenta el poder económico. Creemos y deseamos que desde las instituciones y, por supuesto, desde el Ayuntamiento de Valdepeñas se puede generar un ambiente apropiado para la participación democrática, el empoderamiento ciudadano y la movilización a favor del bien común.

Mientras conseguimos esto, Felices Fiestas  y un próspero Año Nuevo.

2014