domingo. 28.04.2024

Primero eliminaron el consorcio del Parque Arqueológico donde diversas instituciones participaban. Después cesaron al director del parque, y ahora, como piezas de un ajedrez, cierran el Parque y trasladan al Museo Provincial el Centro de Interpretación del Yacimiento Arqueológico (esto aún  no se ha dicho). Se quedan atrás 25 años de investigación histórica y nueve años de recurso turístico que, por lo visto, han sido un dispendio.¡Vamos, una de las causas de la crisis económica!

Los Bárbaros conquistaron el Imperio Romano aniquilando a sus antecesores, desmontando piedra a piedra instituciones y formas de vida. Estamos en un proceso parecido. Aprueban la caza del jabalí alanceado a caballo como en la Edad Media y decretan la fiesta taurina como Bien de Interés Cultural, pero los yacimientos arqueológicos que ya son Bien de Interés Cultural los cierran a los visitantes y a los científicos.

Probablemente no siempre es necesario poder vivir de la Historia, sino hacer historia con nuestras vidas. El problema es que hoy predominan conductas retrógradas que pretenden borrar buena parte de nuestra Historia y buena parte de nuestras vidas recientes. Piensan que las políticas culturales anteriores hay que desmontarlas piedra a piedra como en el Imperio Romano. Me temo que ya mismo tendremos que empezar a reivindicar la cultura democrática, desde lo público, porque la cultura es de TODOS.

A estos Bárbaros modernos el poder económico de la cultura, también como recurso turístico estable y de calidad, les importa un pimiento; hacer del patrimonio nuevos yacimientos de empleo les importa un comino, la defensa del patrimonio y de la creatividad es secundario; todo ello frente al emprendedor, lo privado,  la  cultura del superávit, para poder decir que no llegan a fin de mes con una nómina de más de 5.000 euros.

No es la crisis económica ni el control del déficit, sencillamente es que no les interesa realmente la cultura. Además, todo lo justifican “para poder pagar lo que se debe”, y son sus políticas las que nos llevan a un deterioro mayor del país y de la región. Los datos son inequívocos: el déficit del primer semestre del 2012 es de un 25,8% superior al año pasado, es decir, mayor que el previsto para todo el año. Y si quieren, otro dato: en este primer semestre del 2012 han salido de España capitales por 220.000 millones de euros; con los “pésimos gobernantes anteriores” no hubo esa fuga de capitales, más bien llegaron a España en el mismo semestre casi 22.500 millones de euros. Confianza dan más bien poca.

Estos que dicen que trabajan por nuestra redención económica acabarán con industrias culturales, con fidelización de públicos, con creación de estructuras e instituciones públicas de valores histórico-artísticos y hasta echan a los interinos de las bibliotecas públicas. Si algún lector de este artículo está dudando la afirmación anterior, le ilustraré con los datos del IVA cultural, en España 21% desde el 1 de septiembre. Sin embargo, en Alemania el 7%, en Francia el 5,5% y, hasta en las mismísimas intervenidas y rescatadas Portugal y Grecia, al 13%.

Habrá que recordar que un parque arqueológico representaba un perfecto maridaje entre un paisaje medioambiental y un pasado histórico, que es bueno que valoremos si queremos tener futuro. Que era un yacimiento de empleo con las excavaciones, con la escuela taller o con los guías turísticos. Un perfecto apoyo institucionalizado para el sector turístico y hotelero de nuestra provincia. Un centro de investigación histórica adaptado a un lenguaje popular, o a un lenguaje más científico para los muchísimos estudiosos universitarios que por Alarcos y Calatrava la Vieja han pasado.

Supongo que a estos nuevos Bárbaros les entrará pronto el “dolor de los pecados”, cogerán un ladrillo del edificio cultural destruido y lo mostrarán públicamente como novedad, le darán la vuelta, lo iluminarán y nos predicarán la “buena nueva”. Cualquier alternativa que nos digan será la mejor de la historia, privatizada, por supuesto, y, si se puede, expuesta como un bien de lujo, al alcance de pocos. Opinan  que la cultura es cara y por ello no puede ser un derecho, aunque tengan que cambiar la Constitución o, incluso, sin cambiarla. Me parece que detecto no unos recortes económicos sino unos recortes al pensamiento, una estrategia de adormecer a los ciudadanos y boicotear las iniciativas culturales para hacer desplomarse el espíritu crítico.

Lo más bochornoso es que nos venden la moto de la futura gestión turística del Parque Arqueológico de Alarcos desde el ámbito privado, como en País Vasco y Galicia. Para quien quiera ilustrarse, pondremos el caso del Parque Arqueológico de Arte Rupestre de Campo Lameiro en Pontevedra, que entró en funcionamiento en 2011, ocho años después que Alarcos (algo habíamos hecho bien en Castilla-La Mancha, pues nos han copiado). La entrada a este parque gallego es de 8 euros con guía, la visita nocturna es de 15 euros, 30 euros si es con cena o con otra actividad. Los alumnos de Primaria por dos horas de estancia en el parque pagan 3,5 euros, y por 4 horas un total de 5,5 euros; si están toda la jornada el precio es de 11 euros. Además de estos precios la Junta de Galicia (Consejería de Cultura y Turismo) pagó a la empresa concesionaria del servicio de explotación turística del Parque un total de 300.000 euros en 2011 y otros 250.000 en el actual año .Para los incrédulos, esta información está en el Diario Oficial de Galicia de fecha 20-12-2010 y en la web del citado Parque Arqueológico. Cualquier lector, y especialmente el sector turístico provincial, puede comparar estos datos con el Parque de Alarcos.

Puede decirse que el sitio histórico de Alarcos ha perdido nuevamente otra batalla, esta vez no sangrienta sino ideológica. Se trataba de arrasar lo que los anteriores habían hecho, y lo han conseguido. Se trataba de seguir desmontando lo público en nombre de la eficacia privada, en ello están, quizás hasta no sean capaces. A quien ha manifestado que el Parque de Alarcos no era rentable, hay que aconsejarle que vaya cerrando el Teatro Quijano, el Museo López-Villaseñor y el Museo de Santa Cruz. ¿La cultura es rentable si sólo es un bien de lujo para las élites?

¡Que hablen claro en campaña electoral!

Alarcos pierde otra batalla