Y viene esto a que ambos reiteran (con insistencia) que todo fue un ejemplo de participación y libertad y no como lo que han hecho los otros, que han tenido que dimitir porque no les dejaban hacer primarias.
Digo yo que el que se siente seguro de haber sido elegido de forma limpia no necesita insistir en ello si realmente es cierto. Digo yo que el que veló para que todo transcurriera democráticamente no necesitaría insistir en que así sucedió si en verdad fue así. Y digo yo que ninguno de ellos debería dedicarse a opinar de casa ajena; aunque fuese por una simple cuestión de cortesía política, porque recuerdo que los otros no opinaron sobre la nuestra y menos de forma insistente.
Tal vez sea miedo a que cierto recurso demuestre que lo que se repite con insistencia no fue tal y como se cuenta. O quizá sea inquietud ante los acontecimientos que se avecinan en forma de votos escrutados y concejales elegidos. O puede que, sencillamente, les guste oír su propia voz.
En cualquier caso he decidido escribir esto aunque me comprometí a estar tranquilo y callado, pero no porque a mí me molesten las falacias...
Lo que me molesta es la insistencia.