domingo. 05.05.2024
OPINIÓN

¿Los cipreses en qué creen?

En los últimos meses son varios los comunicadores que han expresado en los medios de prensa de Valdepeñas su sorpresa por la “fiebre” - que yo llamo dendrofobia – de quitar árboles, en muchos casos “emblemáticos” con explicaciones de la Concejal del ramo, que no sabemos a quién “convence” pues este que suscribe con muchos años de ambientalista a sus espaldas ya se opuso en su día a la indiscriminada tala de pinos centenarios en el Parque de Cervantes (y allí queda la muestra que al parecer hizo desistir ¿hasta cuándo?)

cipres

No pasó lo mismo en el Paseo de Luis Palacios que se mintió descaradamente diciendo que ningún árbol se talaría y se trasplantarían,  a pesar de los comentarios de esta asociación  poniendo en duda tal pretensión con unos ejemplares reverdecidos por la primavera...

…Quitar y poner arbustos no enfermos en la 6 de Junio y el sorprendente plantado de cipreses en la medianería del Paseo del Vino ( tan contestado por muchos residentes que manifiestan el riesgo potencial para la visibilidad del tránsito y que quiero ampliar con unas cuantas consideraciones mas:

“Plantar cipreses resulta siempre conflictivo fuera del tradicional uso presente en nuestros cementerios, ya el artículo 591 del Código Civil establece una distancia mínima que deben cumplir, además de que está acreditado el perjuicio que pueden causar sus raíces en las obras civiles próximas, arquetas, conducciones, etc. 

La mala planificación en proyectos forestales o de jardineria urbana, pueden convertir unas bien intencionadas acciones en catástrofes ambientales, que si nos importan.

Los técnicos forestales nos hablan de “comportamiento alelopático” de especies – como el caso del ciprés – que desarrollan por si mismos una estrategia que evita el desarrollo de otras plantas, gracias a herbicidas naturales que poseen en su follaje y que cuando dejan caer sus hojas, liberan sus toxinas que solo permiten la supervivencia “de su familia”.

Si tenemos unas aguas subterráneas muy contaminadas por nitratos, no se puede olvidar  la cantidad de experiencias contrastadas de intoxicación de aguas por la irrupción masiva y desafortunada de una especie que no sabemos quien o porqué fue elegida para el mejor ornato de nuestra calle.  

Quince metros es la distancia recomendada para plantar cipreses fuera de un previsible influjo en las aceras, arquetas, etc.

Es lamentable que existiendo en nuestro pueblo una Asociación especializada  en temas ambientales   se impongan decisiones sin escuchar opiniones técnicas contrarias, haciéndonos dudar que se haya contado con la asesoría competentes técnicos en la materia – que los hay – hayan sido consultados, antes de imponer decisiones para que los ciudadanos soporten las futuras consecuencias de decisiones tan  discutidas.

Habrá que rezar para que la hormiga  Pseudomyrmex no aparezca – como ha sucedido en otros sitios – encargándose de cortar y eliminar cualquier planta que se haya atrevido a crecer bajo las copas de esos cipreses - . A la hora de elegir que tipo de reforestación hay que acometer se debe considerar la experiencia usada por tantas diferentes especies de árboles existentes en nuestros entornos desde hace mas de 40 millones de años en evolución, y es es de vital importancia conocer y reconocer muy bien el comportamiento, las características y las necesidades de cada especie antes de tomar la decisión de plantarlas en nuestros terrenos para satisfacer la necesidad de nuevos “visionarios”  de una opción jardinera que se discute” .

El tándem Av 6 de junio con sus lápidas negras, y los cipreses del Paseo del Vino, ayudan sin duda a dar una imagen moribunda del pueblo que quiere opinar sin la mordaza de la obediencia ciega.

¿Los cipreses en qué creen?