En contrapartida está el sector crítico de la población, aquellos que no aceptamos los discursos vacíos del interlocutor de turno y contrastamos datos, viendo como unas cifras catastróficas se convierten, por obra y gracia de las verdades a medias y de la manipulación, en un panorama fantástico donde muchos desempleados hemos desaparecido de las listas del desempleo.
¡Exijamos rigor a aquellos SERVIDORES PÚBLICOS que tienen la obligación de informar con datos verídicos y contrastados a la ciudadanía!
Difícil es la tarea de opinar para aquellos que no nos postramos a los que han hecho de la imposición y la manipulación una profesión.
¡El simple hecho de opinar en un medio de comunicación es a veces arriesgado para quienes ejercen un derecho democrático!
Opinar y discrepar es la esencia misma de la democracia salvo que se tratara, de aquellos caudillos que afortunadamente ya no están entre nosotros ¿O sí?