viernes. 29.03.2024

Días de fiesta y algarabía para una ciudad, Valdepeñas,  que como dice nuestro Alcalde: Afortunadamente, ya no vive del vino, pero sin el vino no puede vivir.

Montonera de actos lúdicos y de holganza que cuestan la de sabe Dios qué, es tanto; como incitar a  divertirse por Decreto. Pero son los tiempos que corren y, las pugnas políticas legislan para dicho fin  por aquello de: Y yo más. El pueblo traga pensando que son dádivas generosas de sus gobernantes.

Sin embargo, hete aquí, que entre  toda la multitud de  programaciones  anunciadas y llevadas a cabo,  no ha habido ninguna para hablar, precisamente de eso; De la Vendimia y El vino.  Curioso no.  Alguien nos dirá que eso ahora no toca. Otros muchos nos preguntamos, que si no es ahora, ¿cuándo? Cuatro años lleva la Interprofesional de esta triste historia sin decir esta boca es mía.  Cuatro años se dirá,  de paz y silencio. Otros responden qué, más bien parece el silencio de los cementerios, por la opacidad y nula transparencia que les llega  a los profesionales del sector viticultor.

Bueno sí, alguna cosita se ha filtrado como es  la subida de los rendimientos para el viñedo, pasando de 6.000 kilos Ha.,  a  7.500 en la variedad estrella de nuestra DO, la Cencibel o Tempranillo.  Y,  la blanca  Airén, de 7.500 a 8.000  Ha.  Y esto ¿a quién beneficia?  A  pocos, muy pocos. A quien perjudica, a la mayoría del viñedo de secano que con esta medida le abocan al abandono y arranque.  Además, dicha operación se presta aún más al  cambalache  habitual de papel entre sectores. Y no es tirar piedras, posiblemente;  ni siquiera el que suscribe esté libre de pecado, pero ya está bien de trapos sucios y, contra mas asepsia mejor le irá al campo. Nada es fácil, ni siquiera vender vino, pero el plus añadido de la marca Valdepeñas y sus excelentes caldos,  debe repercutir en los dos sectores, lo contrario es el páramo y el liego.   

¿Es esto futurible? Sí,  todos los pronósticos apuntan cada vez más  a la escasez del agua y Valdepeñas está alejada de los grandes ríos, por lo que sus aguas subterráneas son paupérrimas y escasas. Por ello, tratar de competir en cantidad con Denominaciones de Origen vecinas es un suicidio colectivo para nuestro viñedo y sus propietarios.

Sin duda nos repetimos, a fuerza de tanto decirlo, que Valdepeñas debe apostar sin ambages por la calidad y defender lo que tiene agrícolamente hablando, así como potenciar sus señas de identidad y poner coto  a los sinónimos acabados en “peñas” que tanto daño y perjuicio le están causando. Y, al menos, primar y legislar para ese viñedo de secano tradicional que con las medidas tomadas por la DO es a todas luces inviable.

Este tema debiera haber sido incluido en el amplio programa de festejos, otra actividad  más y muy loable por parte del Presidente de la Interprofesional en su multitud  de cargos y mandatos, y que ahora finaliza en la DO valdepeñera.  Ello daría claridad y sosiego a muchas familias  de agricultores  que viven del viñedo. Aún no es tarde Señor Martin, convoque una asamblea y  de explicaciones de su gestión al frente de dicho Organismo. Háblese de existencias, déficit y cuantos intereses del sector  agrario no se respetan, ni tan siquiera  se les  informa por parte  de las OPAS  agrarias que se han anquilosado en sus poltronas de régimen funcionarial subvencionado y, que hace tiempo abandonaron la labor de hacer proselitismo.

No puede ser que la uva se cotice lo mismo que el pasado año cuando la producción caerá notablemente.  Y,  a esta DO,  afortunadamente, no le afecta  las superproducciones foráneas, más bien al contrario. Y, si no fuere  así, será debido en parte a esos cambalaches que sin duda usted, habrá tenido tiempo de conocer a fondo en su paso por la Interprofesional.

 Anímese y comparezca Don Jesús

De la vendimia y el vino