¿Nos toman por incultos? ¿Acaso no saben que vamos a valorar la situación real de las arcas públicas, acaso no saben que endeudar a una administración por encima de lo razonable es una mala gestión y habla mucho de la forma de gobernar y manejar el dinero público de unos manirrotos?
Antes de introducir una papeleta en la urna, tenemos que saber a quién elegimos para manejar nuestro dinero, porque ciudades o países endeudados por sus gestores, o sea sus políticos, son ciudades o países condenados y bloqueados. Las mejores inversiones son aquellas que se hacen por el bien común y no a juicio del “lunático” de turno. Son aquellas que fomentan el empleo y satisfacen las necesidades reales de una ciudad o un país.
Veremos en nuestros parques, mercados y lugares diversos multiplicarse la presencia de aquellos políticos, que a lo largo de estos cuatro años han sido esquivos con su gente pensando que ellos están muy por encima de la plebe, disfrazados de ciudadanos de a pie para actuar y así asegurarse un puñado de votos que les aseguren unos años más viviendo en sus poltronas y con buenos sueldos públicos. No viven la realidad de la calle, ni la desgracia del paro y sus gravísimas consecuencias, entre otros problemas. Viven inmersos en sus mundos de confort, cual caciques de otros tiempos, rodeados de palmeros y marionetas que se limitan a cabecear a cambio de un salario público.
Lo dicho, antes de tomar una decisión en cuanto a intención de voto, analicemos y valoremos la posibilidad de enviar a casa a todos los pitonisos que intentan reírse en nuestra cara de nuestra inteligencia.