No es el caso de España, aunque la reforma Wert intenta introducirlo con el argumento de ir hacia la excelencia.
Otros países adoptan lo que se denomina “Modelo comprensivo”. Los alumnos siguen los mismos itinerarios para llegar a unos mismos objetivos. Es el caso de España. Todos los alumnos conviven en las mismas aulas, y con las mismas titulaciones al final de la etapa obligatoria. Hay que reseñar que este modelo se da en los periodos de enseñanza obligatoria, y no afecta para nada a los niveles de enseñanzas voluntarias.
Uno y otro modelo, el competitivo y el comprensivo, coexisten en la Unión Europea y suelen ser consecuencia de su propia evolución histórica, y decididos en función de unos fines ideológicos prefijados en el sistema. En Inglaterra convive un modelo comprensivo dominante con otro selectivo. En la nueva Alemania los landers correspondientes a la antigua R.D.A. incorporan un modelo integrado-unificado que convive con otro selectivo procedente de los landers de la antigua R.F.A., aunque no parece que vaya a durar mucho tiempo la situación. La tendencia predominante se orienta hacia el modelo comprensivo por considerarse más universal e integrador.
Pero dada la existencia de defensores del modelo contrario, el debate sigue abierto. Desde esta columna, nos posicionamos claramente hacia un modelo comprensivo, en línea con la universalidad y la integración. Sin descartar algún pequeño factor selectivo, que mejore el sistema. El modelo educativo español, desde la aprobación de la Ley General de Educación de 1970 es un modelo comprensivo; por ello nos detendremos a analizar su origen y características, en próximos capítulos.
