¿Que clase de Organismos oficiales tenemos y que rapidez en su capacidad de reacción muestran?
¿Que hacen la OMS y los gobiernos de lo que llamamos, primer mundo, para intervenir solo cuando se contagia un ciudadano europeo y sin embargo la cifra de muertos en el continente Africano se acerca a tres mil?
Claro que con esta tragedia, hemos relegado a segundo y tercer plano, el conflicto en Gaza y la tragedia que persiste en Siria por no hablar de la nueva “intervención selectiva” en Irak tras “un avance extremista” por otro lado previsible e inevitable, tras una nefasta intervención militar en la zona.
Esto, que los medios de comunicación y la sociedad en general hemos convertido en actualidad, pasará al olvido cuando se inicie el curso político.
Nuestros políticos regresarán de sus respectivos lugares de descanso para iniciar una carrera, a veces fraticida por perpetuarse en el poder y que no siempre repercute en el bienestar ajeno, de camino a unas nuevas citas electorales.
Atrás y en segundo plano quedaran en su escala de prioridades, los problemas de salud, el hambre ajena, tanto en nuestro entorno como en países foráneos.
¿Por qué toleramos tanta insensibilidad por parte de los organismos competentes en cuestiones tan básicas, y que chocan frontalmente con el derecho universal a una vida digna?
¡Si este es el mundo de derechos humanos universales que estamos consiguiendo con la globalización, que paren el mundo que me bajo!