lunes. 06.05.2024
OPINIóN

Notas desde la barrera Cap. VII: La 3ª España

El historiador británico Eric Hobsbawn contaba que, al disponerse a iniciar la explicación de la Segunda Guerra Mundial, un alumno le interrumpió para hacerle esta pregunta: "Puesto que vamos a hablar de la Segunda Guerra Mundial, ¿debemos suponer que hubo una Primera?". Y es que comparado con el inmenso volumen de material  que ha generado (y genera) el enfrentamiento de 1939, la guerra de 1914 ha sido bastante menos tratada si no olvidada en muchos aspectos. Esto es muy curioso porque toda la Historia europea está muy influida por este conflicto, hasta el punto de que no entenderíamos la situación actual si no conocemos lo que pasó y sus consecuencias.

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En 1919, tras el Tratado de Versalles que puso fin a la Guerra, el sistema liberal tuvo una crisis inmensa agravada por el crack bursátil de 1929. Las dictaduras tomaron el poder en Europa y el continente se escindió en 2 bloques, que más que ser de comunistas y fascistas fueron de anticomunistas y antifascistas. Podría decirse que para un derechista toda la izquierda era peligrosamente comunista, y para un izquierdista toda la derecha era sin duda fascista. España no iba a ser menos, y de ahí surgió la idea de las 2 Españas que acabaron enfrentándose cuando en principio la mayoría de la población no militaba en los extremos, sino en los anti-extremos; en lo que hoy llamaríamos Centro. Aunque forzada a estar en uno u otro lado durante la Guerra Civil, y con el Régimen ganador una vez acabada, la mayoría de la población seguía sin ser extremista. Sólo eran prácticos, cuando no directamente apolíticos. Y esta masiva militancia en el Centro, con ligeras escoras a izquierda o derecha, sigue manteniéndose a día de hoy.

Podría argumentarse, siguiendo las noticias del día a día y las tertulias televisivas, que seguimos con 2 Españas que se odian una a la otra. En realidad, los que militan activamente en alguna de ellas no son muchos en cantidad, pero sí en ruido. Gritan mucho para disimular lo solos que están. Pero la 3ª España silenciosa, la que está en el Centro político, sigue su camino inclinándose a uno u otro lado en las urnas dependiendo de la ilusión o decepción que les despierte una u otra opción política. Huyendo de extremismos, igual que llevan haciendo durante los últimos 35 años.

Es en este contexto en el que debemos situar la encuesta conocida este fin de semana en la que llama poderosamente la atención el ascenso de Ciudadanos, hasta el punto de situarse en empate técnico con las fuerzas que tradicionalmente han dominado el panorama electoral español. Tras el éxito en las elecciones catalanes, y a rebufo de ese impulso, Ciudadanos consigue situarse como alternativa real de gobierno. Atrayendo votantes a izquierda y derecha, se ha erigido en un claro representante de esa 3ª España silenciosa cansada de las dudas, las vacilaciones y las ocurrencias de los grandes partidos. No sólo hacen nueva política, también hacen buena política; de la que cala entre la gente de ese centro sociológico al que dicen que pertenecemos la mayoría de los españoles. Y para ello no han tenido más secreto que dirigirse a la gente hablándoles como los adultos que son. Sin mensajes simplistas de blanco o negro, dando argumentos, aportando propuestas y evitando consignas y maniqueísmos. Te podrán gustar más o menos, pero al menos no te tratan como a un niño preguntón.

Hay muchos que les tachan de indefinición, algo que no es verdad. No es que no sepamos qué opina Ciudadanos de muchos temas, porque su programa es bastante detallado y lo tenemos en su web. La indefinición viene de que no se sabe si pactarán con unos o con otros.  El PSOE los tacha de derechas y el PP de izquierdas y probablemente ese es su mejor aval, porque así pueden reivindicar el centro. Esto les permite coger votantes de uno y otro lado decepcionados con los viejos mensajes que no dan respuesta a sus deseos y a sus demandas. Y PSOE y PP se están equivocando en su estrategia para recuperar esos votos, porque no puedes atacar a un partido tachando a sus votantes de tontos (o engañados, si lo prefieren). El intento de resucitar las 2 Españas (rojos contra azules) está favoreciendo a la 3ª, que empieza a vestirse de naranja.

Otros dicen que este ascenso es flor de un día, que cuando se les acabe el impulso volverán a ser una fuerza minoritaria aunque necesaria como árbitro de futuros gobiernos. No estoy de acuerdo. Es cierto que la alta cantidad de indecisos y lo volátil del voto hace que las espadas estén en todo lo alto, pero a diferencia de Podemos (que sólo representa extremismos) Ciudadanos ha venido para quedarse. Y no creo que se desinflen por 3 razones: representan al votante medio, sus mensajes son meridianamente claros y no tienen la mochila de corrupción y antipatía que tienen los grandes. El PP no puede en 4 meses quitarse el sambenito de insensibles que se ha ganado a pulso estos 4 años y el PSOE no puede sacudirse de encima la sensación de que el liderazgo de Pedro Sánchez es débil y sus opiniones cambiantes según sople el viento. Ciudadanos aporta a los votantes algo que nadie más aporta y que resulta imprescindible: ilusión. Saben que si son capaces de generar esa ilusión tendrán mucho ganado. Y lo están consiguiendo.

Por último, hay quién les reprocha ser demasiado personalistas. Y eso es cierto; además de Albert Rivera, no se conoce mucho del resto de líderes del partido (si exceptuamos últimamente a Inés Arrimadas). Pero quizá eso debería preocuparles más, porque con sólo una persona reconocible han logrado situarse donde están. Cabe pensar que con otros dirigentes conocidos su salto habría sido más grande.

Parafraseando al maestro Raúl del Pozo, PP y PSOE tienen miedo de que el partido entre ellos acabe en empate porque saben que la tanda de penaltis la tirará Ciudadanos. Esperaremos acontecimientos, pero queda muy poco para que los grandes partidos den un giro radical a todo esto. Sinceramente lo veo difícil, porque se han topado con una marca que representa a la 3ª España silenciosa y mayoritaria que está deseando algo nuevo, algo ilusionante, algo que ellos son incapaces de aportar. En 2 meses saldremos de dudas.

Notas desde la barrera Cap. VII: La 3ª España