martes. 23.04.2024
Opinión

Transparencia

No hay espíritu de “Transparencia”. Nada de nada. El partido que gobierna España, dice una cosa a las nueve y hace la contraria a las diez. A veces no deja pasar ni esa hora. A veces está diciendo una cosa, y al mismo tiempo, está haciendo la contraria. En este momento tenemos dos ejemplos palmarios; dos ejemplos impresentables, dos ejemplos que reflejan el indecoro de la “política en simulación”.

Día 10 de diciembre; día internacional de la lucha contra la corrupción. Y, ¿Cómo lo celebra el Gobierno de España? Oponiéndose en el Congreso de los Diputados a tres propuestas de la oposición sobre corrupción. Utiliza su mayoría absoluta para impedir que se investigue sobre los casos de corrupción, que de una forma más o menos directa afectan al Partido Popular. Han impedido que se investigue lo ocurrido sobre la presunta falsificación de resultados en Bankia; se han opuesto a crear una comisión de investigación sobre las cuentas B del PP; y se han negado a que en la Junta de Transparencia haya más personas que las designadas por el Gobierno. Así han celebrado el “Día internacional contra la corrupción.” ¡Ole ahí!

Eso el día 10. Pero, ¿y el día 11? ¡Ah! Día 11 de diciembre: El Consejo General del Poder Judicial decide sacar a concurso, para que se cubra por otro juez, la plaza que ocupa el juez Pablo Ruz, que instruye la causa de la financiación ilegal del PP, las cuentas B de dinero negro, las listas de Bárcenas, y la mordida de Cospedal.

El periodista argentino Ernesto Ekaizer experto en asuntos judiciales, hace un estudio muy interesante sobre todas las posibilidades que a partir de ahora tiene por delante el juez Pablo Ruz. Posibilidades, todas ellas, pactadas entre el presidente del CGPJ, Sr. Lesmes, y el ministro de Justicia, Rafael Catalá. No podían prorrogar por otros seis meses el mandato del juez Ruz porque suponía un calvario para el PP en un año electoral; no podían echarlo definitivamente porque sería un escándalo mayúsculo. Solución: optan por un camino en el que sea cual sea la posibilidad que se adopte, puede ser recurrible. Con esta sucesión de recursos se garantiza que el proceso se dilate en el tiempo. Al menos se evita el juicio oral antes de las elecciones, y de paso habrá delitos que prescriban. Veremos. El tiempo nos lo aclarará todo.

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