Comentaban sin temblarles el habla: "Apenas hay viñas y no es para tanto". Cómo se nota que no saben ni conocen las bondades de una viña de verdad. Además, eso de que apenas hay viñas: MENTIRA. Hay 15,16 Hectáreas de viñas que se verían afectadas (destruidas). Y no me invento el dato, no. En la imagen pueden verse los datos perfectamente. También restaban importancia a los generosos y respetables olivos, (muchos centenarios) afirmando que no eran tantos y que apenas se iban a tocar, y si se tocaban se transplantaban y después vuelta a ponerlos donde estaban. Toda una gran lección de agricultura por su parte, que, quizá, pensarían en que debiésemos de haberles correspondido en aquel momento con una sentida ovación.
En esa misma reunión informativa también tuve la fortuna de conocer a un joven agricultor, preocupado, me manifestó su sentir: “Yo quiero seguir viviendo y cultivando las viñas en mi tierra durante muchos años”. Son palabras de un joven agricultor que apuesta por su tierra, porque sabe que el futuro está en el campo, en las viñas, en la agricultura, en la calidad de los productos que tan sabiamente han sabido extraer de la tierra gracias a generaciones y generaciones y que hoy disfrutan de nobles sellos de denominación de origen. Y como él, también opinan y así lo sienten muchos agricultores, jóvenes y añejos.
La cuestión ante la problemática que vive hoy el sector agrícola de estas tierras y que esta “empresa profesional resuelve de manera sublime”, no pasa por ir “vendiendo 99 o más puestos de trabajo”, no. Pasa por la pregunta:
¿Cuántos puestos de trabajo se perderán por culpa de la minería de Tierras Raras?
En la reunión se hablaba de “condenar y explotar a estas tierras” durante diez largos años. La agricultura, solamente ella, genera más puestos que cualquier explotación minera. No digamos ya si calculamos en cifras el resultado que nos daría los trabajos agrícolas creados en 10 años y en el tiempo, porque la actividad tan honrada e importantísima como lo es la agricultura, es perdurable en el tiempo y contra todo pronóstico.
Mencionaré además que este proyecto inicial en Torrenueva y La Torre de Juan Abad es solo “la punta del iceberg”. Los permisos de explotación presentados afectan, hasta el momento, a cuatro de las cinco comarcas de la provincia, La Mancha, Los Montes de Toledo, Campo de Calatrava y Campo de Montiel. En concreto a los siguientes municipios: Navas de Estena, Valdepeñas, Moral de Calatrava, Alhambra, San Carlos del Valle, Membrilla, Manzanares, Santa Cruz de Mudela, Torrenueva y Torre de Juan Abad abarcando un total de 27.500 hectáreas. Detalle que no comentan, por intereses más que evidentes ocultando toda la información posible.
Todo lo expuesto aquí es como lo leen y yo mismo pude escuchar y ver mientras mis hormonas de adrenalina se enzarzaban unas a otras no dando crédito a lo que estaba sucediendo en aquella reunión. Bueno sí, para mí y ante los ojos de muchísimas personas una “pseudo empresa” que no merecía, ni merece credibilidad alguna, estaba presentando su Plan de Destrucción de estas Tierras VIVAS para lucrarse, y después, como bien nos avisa muy acertadamente el dicho: “Si te he visto, no me acuerdo”.
Y como colofón, decirle a usted que lee estás líneas y que seguramente se sienta ya bastante ruborizado, una puntualización más de lo acontecido: Si yo fuese alcalde de uno de los pueblos afectados no tardaría ni un segundo más en posicionarme y pronunciarme a favor del interés general de la comarca y sus vecinos. Hay alcaldes que sorprendente e inexplicablemente aún no lo hecho, salvo un caso digno de mención. Jesús Martín, alcalde de Valdepeñas (Ciudad Real) vela por sus congéneres haciendo unas declaraciones tan contundentes como estas: “El proyecto no nos gusta”, “Entre lo que dejan y lo que supuestamente van a generar no nos salen las cuentas” “…y además la escoria que queda de ese mineral rellenará el hoyo, que ya es tierra muerta, donde no van a crecer ni los disgustos”. Dicho queda.
