viernes. 29.03.2024

 El  21 de marzo, se celebra el Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial con un llamamiento a la reflexión sobre los esfuerzos que se están haciendo para eliminar el racismo, la xenofobia y todas las formas relacionadas con la intolerancia en el mundo.  

Desde Manos Unidas, que durante todo el 2014 está sensibilizando sobre la fraternidad universal a través de su campaña  “Un mundo nuevo, proyecto común”, se denuncia que en el mundo aún se dan graves  situaciones de discriminación racial y étnica, y se quiere destacar que éstas pueden eliminarse a través de proyectos de desarrollo integrales como algunos de los que la organización realiza en África, América y Asia. Como ejemplo de proyectos que fomentan la dignidad y la pacífica convivencia entre las personas sin distinciones arbitrarias e injustas, Manos Unidas destaca los siguientes proyectos:

En la localidad de Biseba, en la provincia de Kasai  (República Democrática del Congo), el proyecto “Apoyo a la producción agrícola-alimentaria” que ha finalizado hace unos meses, ha logrado, no sólo formar y capacitar en producción agrícola-alimentaria a 280 familias pobres, sino también la convivencia en armonía de dos de las etnias de la zona, “mwene tshilengi” y “binene”, que habitan en poblados vecinos y se consideraban mutuamente como “enemigos

En Vietnam, existen 14 grupos minoritarios que representan el 14% de la población. Aunque  en 2007 se ratificó el tratado de Naciones Unidas sobre la declaración de derechos de las minorías, no se ha grado aún ningún avance concreto y estos grupos tienen un limitado acceso a la tierra, al crédito y a los servicios públicos de educación y salud. Para paliar esta situación, Manos Unidas apoya hace tres años el proyecto “Desarrollo comunitario de minorías étnicas en las zonas montañosas del Norte de Vietnam”, beneficiando directamente a 2.000 familias de  granjeros y agricultores pertenecientes a los grupos étnicos más pobres y minoritarios.
 
En República Dominicana, el 43% de sus 10 millones de habitantes vive bajo el umbral de la pobreza y la desigualdad, siendo uno de los principales obstáculos para impulsar el desarrollo. Entre los colectivos más desfavorecidos se encuentra el de los migrantes haitianos y descendientes de haitianos. El 90% vive en barrios populares de las grandes ciudades en situación de discriminación social y pobreza extrema, sin agua potable, saneamiento o energía. No tienen estatus jurídico definido ni documentos de ciudadanía o residencia que les facilite acceder a servicios públicos como la educación (50% de analfabetismo)  y sus derechos fundamentales están siendo permanentemente violados.

Manos Unidas está apoyando en varias localidades de Santo Domingo y también en la zona fronteriza cercana a la localidad de Jimaní, la mejora de las condiciones de vida de los inmigrantes dominico-haitianos con el fortalecimiento y legalización de 32 organizaciones comunitarias que luchan por el respeto de los derechos humanos de todas las personas en el país, las relaciones binacionales justas y las políticas públicas que favorecen la vida digna de esta población que actualmente está discriminada.
  

Manos Unidas por un mundo nuevo, sin discriminación racial