Lo digo sin soberbia y vanidad, que yo sea blanco, no es mérito mío, es cuestión de genética, heredada de mis padres, de la naturaleza, por tanto, que haya realizado lo siguiente, no es mérito mío, aunque algo haya puesto, se debe a mi familia, mi sociedad, mi cultura, las circunstancias y porque Dios lo ha querido.
Hasta ahora mi actividad cultural, ha sido siempre silenciada, olvidada,...