jueves. 02.05.2024
KUKA

Capítulo CVIII. La Trini

Muchachita canija, con dos trenzas y de luto riguroso por la muerte de un tío lejano en la guerra civil, portando una maleta con dos mudas, emprende un fascinante viaje hasta Madrid en busca de la felicidad. Un uniforme desgastado por cincuenta criadas, sirviendo sopa en un salón al más estiló decadente de los cincuenta. Una señora de pelo escardado y perlas agrietadas, miraba de reojo a una tímida muchacha, mientras su marido con olor a ranció le tocaba lo que está debajo de la espalda.
 

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Por miedo a quedarse en la calle era incapaz de decir que no a las falsas alabanzas de un joven señorito con hormonas alteradas. Claro que después de unos meses la barriga delata a la criada y esta como un perro fué a la calle y la honra tirada en una acera.

Una señora muy pintarrajeada tiende su mano, le ayuda, la mima, cuida su panza y después del parto la viste, la pinta, corta esas trenzas y la pone en la esquina de la calle Montera para cobrar su deuda.

Así empieza la historia de la Trini, señora de burdel, Madame de postín, cobradora de deudas y corazón frío. Madre amadísima de un señorito que estudia inglés.Sin padre, pero con una madre coraje con el corazón roto. 

Atrás quedó la vergüenza, los silencios y las miradas bajas, dando paso a una exuberante señora que canta cuplés de amor a los viejos verdes, arropados por señoritas de dudosa reputación 

Capítulo CVIII. La Trini