Al siguiente día, la zanja era mas grande y tenía agua, la rodeo y siguió su camino. Obsesionado con aquel misterio, cada vez madrugaba mas para ver lo que ocurría y al siguiente despertar encontró un muro. Unas pequeñas piedras apiladas, que no le suponían ningún problema, pero la incertidumbre iba en aumento.
Una noche decidió quedarse en guardia, y se quedo dormido. Al despertar atónito descubrió un gran muro que rodeaba la casa, le quitaba las vistas de aquel maravilloso paisaje, la luz no llegaba a sus plantas que poco a poco se fueron marchitando.
La noche y la oscuridad se apoderaron de la casa. No podía rodearlo ni tampoco saltarlo, y menos aún carecía de una puerta o grieta para poder romperlo.
Una gran tristeza se apoderó de este gran hombre, el miedo y la soledad se instalaron en su alma, muriendo de pena.
Moraleja: mientras duermas, descansa y sueña con cosas alegres y positivas y no te dediques a construir muros que luego te condenaran de por vida.
Kuka
KUKA
Capítulo CXI. El Muro
En un pueblo muy bonito, había una casa con un bello jardín, allí vivía un hombre bueno, de corazón noble. A este señor no le faltaba de nada, ni ninguna comodidad. Cada mañana regaba sus plantas y unos rosales generosos le daban rosas maravillosas, que luego cortaba para adornar un amplio salón. Una mañana decidió bajar al pueblo y se encontró una pequeña zanja. Dio un salto y se fue a hacer los recados.
Kuka
5 de octubre de 2014, 11:17