viernes. 17.05.2024
LAS HISTORIAS DE KUKA

Capítulo LV. Esclavos

Todo ser humano, cuando nace lo hace libre, sin ataduras ni compromisos. La cosa se complica cuando vamos creciendo hasta ponernos unos grilletes tan pesados, que nos cuesta un suplicio seguir adelante. Y claro, la mente juega un papel importante, pues la misma, con nuestros miedos inducidos por la comodidad nos convierte en meros esclavos de nosotros mismos.
 

El fin es bien claro, mientras nosotros endeudados y presionados por nuestros miedos y represiones otros se lucran por ello. A su vez estos, los poderosos son víctimas de sus propios intereses convirtiéndolos en lo mismo.

Vivimos un siglo de comodidades adelantos y demás, pero la cadena cada vez se hace más corta. Siempre conectados a las tecnologías, a la moda e incluso a otras personas. Cuando entramos en un sistema se apodera de nosotros y da igual las creencias, el fin es el mismo, que le sirvamos a él.

Claro, que los de arriba se creen que tienen el control de todo y no, ellos a su vez también son esclavos de los mercados, de la manera de sacarnos la pasta y de cómo jodernos la vida además de sus propios miedos. Aquí no se libra nadie.

Una solución sería aislarnos e irnos a esa famosa isla desierta, y tampoco es eso, otra librarnos cada vez más de compromisos adquiridos así aligeramos la carga, o también dedicarnos al té como servidora, que cada mañana se da cuenta que todo está como ayer.

Lo del whisky como que no soluciona nada, pero si liberarse de algunas cargas que nos hagan más cómodo todo esto y si podemos ayudar a que otros se liberen mejor.

Víctimas conscientes, o no, de lo que nos ocurre cada día podríamos tener un poco más ligera esta forma de vivir, cosa que se podría hacer sólo con la unión de todos y un fin único. Nuestra libertad. Eso sí que sepamos que no será fácil pues hay muchos cuervos empeñados en que sigamos adormecidos en un largo sueño.

El fin debe ser el mismo: nacimos libres y así deberíamos seguir.

Capítulo LV. Esclavos