Atrás quedaron los nubarrones de tormenta. En la calle gente soleada celebrando esta gran fiesta. Predispuestos al cambio, físico o mental, tomamos parques y plazas.
En esta nueva etapa estacional, nos cargamos de energía buena, llena de esperanza, deseando que todo quede atrás,.
Empeñados otros pocos en que el invierno perdure, para siempre haremos lo propio, celebrar esta gran fiesta, contagiándonos unos a otros de alegría y solidaridad. Llenos de vida.
Posiblemente mi estado de ánimo y mis ganas de cambiar perciba muy poco la realidad que nos rodea. Pero por eso no estoy dispuesta a caer en el error de sucumbir al desánimo y a la desidia que a todos nos rodea, la gran enfermedad de nuestro planeta.
En lo más alto del monte, arriba de una torre casi tocando el cielo, como de un mal paso besaré el suelo. ¡Los vinitos y el cochinillo no me dejan pensar con claridad, sólo quiero vivir!
Kuka.