lunes. 29.04.2024
LAS HISTORIAS DE KUKA

Capítulo XCIV. ¡Qué escándalo!

Cuando mi vecina del primero dejó a su marido por otra, se lió la marimorena. Casi tenía que salir de casa con escolta. Fue una de las primeras parejas homosexuales en casarse en el juzgado de mi barrio, una ceremonia sencilla, arropada, por unos pocos amigos, nada de familia y la palabra vergüenza escrita en la frente, bajaban las cabezas como avestruces buscando el suelo.

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Mis amigas se pusieron el mundo por montera e hicieron sus vidas, tuvieron hijos, estos sanos y felices, no se sí una vida mejor o peor, pero vivieron como quisieron, sin prejuicios y en plena libertad.

Amor limpio, seguro y fuerte, y eso mismo enseñaron a su progenie.

El camino no fue fácil, y más por una sociedad que lapidaba a las mujeres en plena calle, y no con piedras ni cantos rodados, con palabras que hieren el alma.

Esta sociedad llena de prejuicios y de falsas apariencias, no entiende de amores verdaderos, y limpios.

Siempre que regreso de camino a mi pueblo, me hago la misma pregunta.

Todos nos escandalizamos por como viven otros, por lo que creemos que está mal a nuestro alrededor. Y a veinticinco kilómetros a la redonda sin contar los pisos de alterne que hay dentro de la urbe, nadie se pregunta nada.

Algo falla. 

Capítulo XCIV. ¡Qué escándalo!